Oriana Rivas y Mamela Fiallo.- La fuerza militar estadounidense está bajo el ojo público porque los principios de eficiencia y defensa nacional que lo guían desde su fundación hace más de 200 años, ya no son los mismos. Por ese motivo, por primera vez fue calificada como «débil», de acuerdo a un informe de The Heritage Foundation.

«Está calificada como débil en relación con la fuerza necesaria para defender los intereses nacionales en un escenario global contra los desafíos reales en el mundo, tal como es y no como nos gustaría que fuera», explicó la fundación respecto al Índice de Fortaleza Militar que elabora desde hace nueve años.

El fundamento está en las «prioridades mal definidas», «políticas de seguridad muy cambiantes», «disciplina extremadamente pobre en la ejecución del programa» y «una profunda falta de seriedad en todo el establecimiento de seguridad nacional».

Y aunque la conclusión es contundente, no es la primera vez que se menciona esta debilidad dentro de la que históricamente se ha considerado una de las fuerzas militares más poderosas del mundo. En los últimos meses, varios tópicos han teñido al Ejército estadounidense de polémica al ceder su fortaleza ante principios progresistas que buscan una supuesta inclusión. El anuncio de reclutamiento publicado el año pasado es quizás la prueba más evidente al respecto. Allí, por encima de la necesidad de defenderse de potencias como Rusia y China, se romantizó la igualdad social a través de dibujos de marchas, preferencias sexuales y formas de crianza en la familia.

Ahí entra la premisa que menciona la Fundación Heritage de «prioridades mal definidas».

Patrocinio al aborto y a la «igualdad»

La fundación es clara. Las Fuerzas Armadas corren el riesgo creciente de «no poder cumplir con las demandas de defender los intereses nacionales vitales de EE. UU.», dado que la condición del poder militar de los EE. UU. se mide en términos de modernidad, capacidad de operaciones y preparación para las misiones.

Adicionalmente, uno de los parámetros claves para medir la fortaleza del Ejército es su capacidad para enfrentar a dos competidores principales simultáneamente, según Heritage. Cosa que el cuerpo militar no sería capaz de hacer actualmente.

Ya lo advertía el escritor estadounidense John Hawkins. Mientras los rusos construyen un ejército «enfocado en matar gente y romper cosas», en el Ejército estadounidense parecen enfocados «en ser capaces de explicar las microagresiones y la teoría crítica de la raza a los miembros de las tribus afganas». El senador republicano Ted Cruz también se hizo eco cuando salió el polémico anuncio publicitario y mencionó que quizás «un ejército castrado y despierto (woke) no es la mejor idea».

En las últimas horas el Pentágono anunció fondos para viajes de soldados que deseen abortar pero que tengan su base en estados donde ahora es ilegal esta práctica. La orden fue emitida por el secretario de Defensa, Lloyd Austin.

Sumado a eso, hace siete meses trascendió cómo la prueba conocida como Army Combat Fitness Test (ACFT) abandonó el estándar de aptitud física neutral para dividirlo por género y edad con el objetivo de facilitar las posibilidades de aprobar. Aunado a eso, durante dos años consecutivos la Administración Biden presentará solicitudes de presupuesto de defensa por debajo de la tasa de inflación.

De la guerra rusa al expansionismo chino

No es poca cosa que el ejército encargado de resguardar al país símbolo del mundo libre no tenga capacidades suficientes. Son muchas las amenazas que se ciernen a nivel internacional con Rusia protagonizando una sangrienta guerra en Europa del este.

Por otro lado está el régimen comunista chino de Xi Jinping, cada vez más decidido a invadir Taiwán. Esto también salió reflejado en el informe. Al destacar estas situaciones, más los totalitarismos de Corea del Norte e Irán, el índice señaló que EE. UU. debe ser capaz de defender sus intereses en más de una región a la vez «sin importar cuánto desee que el mundo sea un lugar más simple y menos amenazador».

A propósito de esto, en días recientes el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, admitió que Pekín buscará una reunificación con la isla «en un plazo mucho más rápido».

Mientras tanto, la debilidad del Ejército estadounidense va en aumento.