De la España con valores a terminar “blanqueando” a “Santaflow”
A Dora, mi gran amor.- Estoy en contra de inmigración, pero tengo una chacha extranjera a la que pago tres euros la hora.
Estoy en contra del lobby gay, pero ceso al coordinador de mi partido que denunció la presencia de niños en los actos institucionales del Orgullo Gay en el municipio malagueño de Mijas.
Estoy en contra de la Agenda 2030, pero apoyo a la coalición globalista que ha promovido una guerra injusta para implementar en la cristiana Rusia los contenidos ideológicos de dicha agenda.
Hago creer a mis hooligans que estoy en contra de las vacunas, pero mantengo como portavoz de Sanidad a un señor que, si de él dependiese, encarcelaría a todos los que no se han vacunado.
Estoy en contra de que los políticos se suban el sueldo, pero lo primero que hago al pisar moqueta en Castilla y León es subirme el mío.
Me rasgo las vestiduras cuando un artista de la izquierda ataca los símbolos icónicos del Cristianismo, pero permanezco ciego y mudo cuando el que blasfema contra la Virgen es uno de los nuestros.
La doble moral de la derechona española, en todo su esplendor.
Esta doble moral se ha hecho bien patente en el “caso Santaflow” , el “cantante” contratado por Vox para actuar en la segunda edición de VIVA22, que se celebrará este fin de semana en Madrid.
“Santaflow” ha sido estos días fuente de indignación al saberse que, en una de sus canciones, se refiere a la Virgen María de la forma escatológica que ningún titiritero de la izquierda se hubiese atrevido. “Me follo a la Virgen en su portal por el ojal […]”, vomita en una de sus canciones. Pese a ello, el degenerado artista se mantiene en el cartel de VIVA 22. Quien pensaba que Vox tomaría medidas y lo excluiría del plantel de cantantes intervinientes, se equivocaba de cabo a rabo. Vox ya es políticamente un pozo de podredumbre moral y muchos de sus dirigentes representan el último escalón de la degeneración política. Lo que han hecho los de Abascal es pretender blanquear la imagen del “cantante” a través de sus medios afines. Como en una escenificación teatral, aparece ahora “Santaflow”, en actitud mansa, pidiendo “perdón por las barbaridades que hizo hace años”. Para que su regeneración moral pueda ser creíble, tendría que empezar por borrarse el nombre de Lucifer que tiene tatuado en su brazo derecho.
Pero da igual lo que haga. La derechona suele aplicar la eximente ideológica para blanquear las aberraciones morales de cualquiera de sus miembros. Los que apelan estos días al perdón al muchacho, son los mismos que se lo negarían a un ex etarra sin delitos de sangre. El perdón y la conmiseración que aplican estos canallas no está basado en la teología moral católica, sino en los intereses de Vox. Si la fe auténtica mueve montañas, la de esta gente no movería ni un castillo de naipes.
Vergüenza y pena. Asco y rabia. Esto es la derechona que blanquea a “Santaflow”; toda la derechona, la mediática y la política. Se pasan el día hablando de valores cuando la mayoría carece de ellos. Son como una de esas muchachas que no muy lejos, paseaban con la mirada perdida, en Capitán Haya, por un precio, cualquier servicio.
Solo les faltaba un trovador con el alma enmohecida de tanta roña acumulada. Ya lo han encontrado. Se llama “Santaflow”. ¡Que lo disfruten en VIVA 22!












Sencillamente magistral, Don Armando. Nadie como usted ha calado a los vendedores de humo de VOX.