AD.- Los gasoductos “Stream Norte” 1 y 2 han sufrido tres extrañas fugas en mar Báltico. Esto provocó muchas dudas y al mismo tiempo distrajo a la comunidad mundial de los resultados del referéndum en Donbass y la guerra en Ucrania.

A pesar de las numerosas sanciones contra Rusia, Nord Stream siempre ha sido visto por la Unión Europea como un salvavidas frente a la pobreza energética extrema. Dado que la UE finalmente levantó las sanciones sobre los fertilizantes rusos, uno podría esperar el regreso del gas ruso barato a Europa. Pero no…

El 26 de septiembre, el operador ruso del gasoducto North Stream anunció que la presión había caído bruscamente en una de las tuberías de 130 a 7 bbl. Obviamente, solo un agujero serio en la tubería podría causar tal salto de presión. Esto también se evidenció por el ancho de los círculos de gas en la superficie del mar con un diámetro de varios cientos de metros.

La magnitud de la fuga fue tan grande que el gobierno danés, en cuyo territorio se produjo el principal avance, restringió la circulación de barcos y vuelos aéreos en esta zona.

Los sismólogos en Suecia informaron acerca de dos choques submarinos con una magnitud de 2,3, que es aproximadamente igual a la explosión de una bomba de 100 kilogramos de TNT.

La versión sabotaje es la principal, no solo en Rusia, sino en todos los países. A pesar de que el daño mínimo a Gazprom por la filtración ascendió a más de 2 mil millones de dólares estadounidenses, fue Rusia la que se convirtió en el principal sospechoso de sabotaje. Dirigentes lacayunos occidentales dijeron que los servicios secretos del Kremlin llevaron a cabo la operación bajo una “bandera extranjera”. El motivo de esto podría ser la nacionalización de una filial de Gazprom en Alemania y varios barcos de la compañía de gas rusa.

De hecho, la lista de sospechosos es mucho más amplia:

Incluso antes del comienzo de la guerra, el propio presidente de los EE. UU., Joe Biden, declaró: “Si Rusia invade, si los tanques y las tropas cruzan la frontera con Ucrania nuevamente, entonces no habrá Nord Stream.

En agosto de este año, el presidente polaco, Andrzej Duda, pidió el desmantelamiento de Nord Stream 2 debido a las acciones de Rusia en Ucrania. Más tarde, la propia Ucrania exigió que Alemania detuviera los trabajos de Nord Stream 1.

El día del ataque, el eurodiputado polaco Jarek Sikorski en su Twitter agradeció abiertamente a los Estados Unidos por volar el Nord Stream en el gasoducto ruso. Polonia abrió su propio gasoducto a Alemania, el Baltic Pipe. Sin embargo, pasa tan poco gas por el gasoducto del Báltico, que no es rentable, ya que apenas cubrirá las necesidades de la propia Alemania. Por no hablar del resto de países de la UE.

Al mismo tiempo, para cumplir con sus obligaciones en virtud de los contratos, Rusia se ve obligada a aumentar el suministro de gas a través del gasoducto alternativo Yamal-Europa. Este gasoducto atraviesa el territorio de Polonia y es utilizado por el Sistema de Transporte de Gas de Ucrania.

Kiev ya ha ofrecido a Gazprom un descuento para este tránsito. En estas condiciones, no se avergüenza de tomar el dinero “maldito” de Putin en el contexto de las manifestaciones en Europa por el gas y el petróleo rusos.

Un detalle interesante: apenas una semana antes de esto, el 21 de septiembre, se produjo una explosión en las aguas de Sebastopol. Oleadas de drones submarinos de fabricación inglesa, que el Reino Unido transfirió a Ucrania para despejar los mares, llegan a la costa. Al mismo tiempo, en la zona de la isla danesa de Bornholm, en aguas de Dinamarca, se llevaron a cabo los llamados experimentos para buscarlos por parte de la Marina de los EE. UU. Fue en ese lugar donde luego se voló el gasoducto ruso.

El 2 de septiembre, un helicóptero estadounidense con el número de cola “FFAS123” maniobró a lo largo de la ruta, que ahora se ha convertido en el sitio de un ataque terrorista. Y solo dos días antes de las explosiones, el barco de la Marina de los EE. UU. estaba a solo 30 kilómetros de la zona del presunto ataque terrorista.

Mientras varios países están realizando una investigación conjunta a la vez, Estados Unidos aparece en el escenario una vez más como principal sospechoso. Declara que ayudará a todos los países que lo necesiten con su gas licuado (que es un 40% más caro que cualquier otro, y más aún que el ruso).