Unas detonaciones en el Mar Báltico causaron el lunes graves daños en los dos principales gasoductos entre Rusia y Alemania.

Los expertos creen que se trató de un ataque deliberado y dirigido contra los gasoductos, lo que hace especular sobre la implicación de Estados Unidos después de que el presidente Joe Biden dijera en febrero que “si Rusia invade […] entonces ya no habrá Nord Stream 2. Le pondremos fin”.

El lunes se registró una repentina caída de presión en los dos gasoductos del Mar Báltico, Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que transportan gas de Rusia a Europa Occidental. Según las autoridades suecas y la empresa operadora NordStream AG, se detectaron tres fugas en las tuberías en territorio danés y sueco: dos fugas en NordStream 1, al noreste de la isla danesa de Bornholm, y una fuga en Nord Stream 2, al sureste de la isla.

Los comentaristas han calificado la destrucción de las tuberías, que ha liberado enormes cantidades de gas natural al mar y al aire, como “una de las grandes catástrofes medioambientales de nuestro tiempo”.

Bjorn Lund, del Centro Sismológico Sueco de la Universidad de Uppsala, declaró a la emisora SVT: “No hay duda de que se trata de explosiones”, mientras que el centro de investigación alemán GFZ informó de que no había indicios de terremotos en el momento en que se produjo el incidente.

“Nuestra imaginación ya no arroja un escenario que no sea un ataque dirigido”, dijo una fuente al tanto de la evaluación del gobierno alemán y las autoridades federales, informó el medio alemán Tagesspiegel. “Todo habla en contra de una coincidencia”.

Además, la CIA advirtió a Alemania de posibles ataques a los gasoductos Nord Stream con semanas de antelación, según fuentes no identificadas citadas por la revista alemana Spiegel.

El consenso entre expertos y políticos, de que el incidente no fue un accidente sino un ataque deliberado, deja abierta la cuestión de quién podría estar detrás del incidente.

Las especulaciones de que Estados Unidos causó el daño se vieron ampliadas por los comentarios que Biden hizo en febrero: “Si Rusia invade [Ucrania]… entonces ya no habrá Nord Stream 2. Le pondremos fin”. Un periodista preguntó entonces al presidente cómo lo haría, ya que el gasoducto está bajo el control de Alemania. Biden respondió diciendo: “Le prometo que seremos capaces de hacerlo”.

Comentarios similares hizo la subsecretaria estadounidense Victoria Nuland en enero, cuando dijo “Si Rusia invade Ucrania, de una manera u otra, Nord Stream 2 no avanzará”.

Además, unos días antes del incidente en los gasoductos, una flota estadounidense participó en las maniobras de la OTAN en el Mar Báltico y atracó en numerosos puertos de Alemania, Escandinavia y los Estados bálticos. La flota incluía el buque de asalto anfibio USS Kearsarge y llevaba 4.000 soldados y 40 helicópteros.

Las especulaciones se amplificaron aún más cuando un ex ministro de Defensa polaco y actual miembro del Parlamento Europeo, Radek Sikorski, tuiteó “Gracias, EE.UU.”, junto a una imagen de la superficie del agua sobre una de las fugas de gas.

El eurodiputado polaco añadió en otro tuit. “Como decimos en polaco, una cosa pequeña, pero mucha alegría. #Nordstream”, expresando su alegría por las fugas en los gasoductos. Además, Sikorski retuiteó los comentarios de Biden de febrero de este año sobre poner fin al Nord Stream 2.

Entre las personas que piensan que Estados Unidos podría haber lanzado el ataque a los gasoductos se encuentra el periodista y redactor jefe de Compact Magazine, Jürgen Elsässer.

Tucker Carlson también comentó el incidente en su programa del martes, diciendo que sería “estúpido” que el presidente ruso Vladimir Putin volara su propio gasoducto ya que Europa necesita el gas y es la mayor palanca de Rusia contra Europa. “En estas circunstancias, no hay ninguna posibilidad de que vuele Nord Stream 1 o 2”, dijo Carlson.

Carlson calificó el sabotaje de los gasoductos como un “acto de terrorismo industrial” y especuló con la posibilidad de que el gobierno de Biden lo haya cometido.

El presentador del programa de máxima audiencia señaló la flagrante hipocresía de destruir un gasoducto que ahora está bombeando “millones de metros cúbicos de gas natural al Mar Báltico”, creando un “campo de burbujas tóxicas de más de media milla de ancho” del “presidente que ha declarado que el cambio climático es la emergencia más acuciante de la historia del mundo”.

“El daño duradero puede ser para la atmósfera. El gas natural se compone de hasta un 90% de metano. El metano, como Joe Biden les ha dicho a menudo, es el impulsor clave del calentamiento global, que es, por supuesto, una amenaza existencial para la humanidad y el planeta”, dijo Carlson, añadiendo que uno “solo puede adivinar cuántos animales marinos están siendo asesinados en este momento: incontables”.

“[Si] te preocupa el cambio climático, lo que acaba de ocurrir con los gasoductos Nord Stream es lo más parecido al apocalipsis que hemos vivido”.

Además, Carlson señaló que si el gobierno destruyera la línea de suministro de gas “sería una de las cosas más locas y destructivas que cualquier administración estadounidense haya hecho jamás”, y que podría llevar a una guerra total con Rusia.

“Sería un acto inimaginablemente imprudente. Sería el tipo de cosa que harías si quisieras empezar una guerra nuclear. Sería una locura”.

Además, Carlson citó un proyecto de ley de gasto de 35 millones de dólares avanzado en el Senado de EE.UU. la misma noche del incidente que está destinado a “prepararse y responder a posibles incidentes nucleares y radiológicos en Ucrania.” Un indicio más de que el gobierno estadounidense puede esperar una escalada bélica tras el ataque a los gasoductos, según el presentador de Fox News.

El Dr. Maximilian Krah, miembro del Parlamento Europeo del partido alemán AfD, dijo en un tuit:

#Nordstream: Dado que ambos gasoductos están afectados, la coincidencia está fuera de lugar. Los buzos navales son necesarios para llevar a cabo actos de sabotaje en el fondo del mar. En este caso, un Estado ha cometido un acto de sabotaje contra Alemania. Y desde luego no ha sido Rusia.

Otra teoría sobre el supuesto ataque sugiere que podría haber sido una operación de “falsa bandera” por parte de Rusia, cuyo objetivo es causar incertidumbre y división entre las naciones occidentales y hacer subir aún más los precios del gas. Como alternativa, Tagesspiegel nombra a “fuerzas ucranianas o asociadas a Ucrania” como posibles autores.

El mismo día en que se produjo el supuesto acto de sabotaje, se inauguró el nuevo gasoducto Baltic Pipe entre Dinamarca y Polonia. El presidente polaco, Andrzej Duda, dijo que el proyecto pondría fin a la dependencia del país del gas ruso.

En las semanas previas al supuesto ataque a los gasoductos, los manifestantes en Alemania han pedido la apertura del Nord Stream 2 para asegurar el suministro energético de Alemania. Como informó LifeSiteNews en julio, la apertura del recién construido gasoducto Nord Stream 2 fue detenida y su certificación suspendida por el canciller alemán Olaf Scholz tras el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Además de agravar la crisis energética y aumentar las tensiones políticas, esta fuga de gas supone un enorme “peligro para la seguridad y el medio ambiente”, según los analistas de Eurasia Group. Reuters informó de que las autoridades danesas y suecas declararon una zona de prohibición de navegación alrededor del lugar de la presunta fuga en sus zonas marítimas, mientras que Dinamarca elevó su nivel de alerta de seguridad eléctrica y de gas.