No sé muy bien si los que gobiernan piensan que somos gilipollas o tienen constancia absoluta de ello.

Juanma Moreno acaba, para alborozo general del populacho, de bajar la carga fiscal a 20.000 personas, concretamente a las veinte mil más ricos de Andalucía, eliminándoles el impuesto de patrimonio.

Esta bajada de impuestos no va a llegar a los 8.498.000 andaluces restantes, aunque la gente que la está pasando putas está feliz por no pagar un impuesto que solo beneficia a los que van a pasar la crisis holgadamente. Porque deben saber que los que pagan este impuesto son personas que disponen de un rico patrimonio.

Aunque sea por desconocimiento, cualquier cosa que ayude a crear ilusión a la gente me parece bien, aunque personalmente estaría encantado de pagar un impuesto que grabase las fortunas de más de cien millones de euros.

Hacer coincidir la bajadita de impuestos a 20.000 ricos con la creación de un chiringuito para la implementación de la agenda 2030 (no tendrás nada y serás feliz), es un indicador del poco respeto intelectual que los gobernantes, a izquierda y a derecha, tienen al populacho, sabedores que no hay cojones de un nuevo Fuenteovejuna.

Distinto sería si hubiese una guerra, en cuyo caso los ajustes de cuentas que hubo entre los años 36 y 39 del pasado siglo se iban a quedar en un juego de niños.