Julio Severo.- Cuando los medios de comunicación se ponen del lado de los activistas homosexuales contra los cristianos, el público no está de acuerdo. Pero cuando los medios de comunicación se ponen del lado de una versión anti-Putin en un caso que involucra a un opositor de Putin asesinado “misteriosamente”, ¿está de acuerdo el público?

Según Paul Craig Roberts , que fue funcionario de Reagan, el “misterioso” asesinato de un oponente de Putin fue un complot desestabilizador de la CIA en el espíritu de las hostilidades de Obama contra Rusia.

Y según el Dr. Scott Lively, la autoridad más destacada sobre los males de la agenda gay, a principios de la década de 1990, Bill Clinton anuló la prohibición de que los homosexuales trabajaran en la CIA y otras agencias de inteligencia.

Por cortesía de Clinton, durante más de dos décadas los homosexuales han estado cada vez más ahí: CIA, FBI, NSA, etc.

El Dr. Lively aclara que dondequiera que estén, los activistas homosexuales producen intrigas, confusiones y estragos, utilizando siempre sus ocupaciones para su mayor causa y siempre en perjuicio de sus oponentes. Y los homosexuales que ocupan puestos en la mayor agencia de inteligencia del mundo son capaces de provocar los daños más grandes del mundo contra quienes no se alinean con su agenda.
Una de las revistas homosexuales más destacadas de Estados Unidos nombró a Putin como el enemigo número 1 del movimiento homosexual . Esto no pasó desapercibido para los homosexuales en las agencias de inteligencia. De hecho, no ha pasado desapercibido ni siquiera para los principales medios de comunicación, habitualmente pro-sodomía, que insisten contra el presidente ruso.

Este es el costo para el presidente de una gran nación hoy en día para aprobar leyes para proteger a los niños y adolescentes de los males evidentes de la propaganda homosexual.

Un ciudadano común que se opone a la agresiva agenda gay es víctima de trampas, calumnias, intrigas y amenazas evidentemente maliciosas. ¿Un presidente sufriría menos?

Los activistas homosexuales son despiadados, mentirosos e implacables con los ciudadanos comunes que no aceptan su agenda tiránica. ¿Serían menos despiadados con un presidente?