Es echar un vistazo al significado de puta, según la Real Academia Española de la lengua y pintar la realidad de España.

Nos van a dejar en la puta calle, calificativo denigratorio.

No hay una puta cosa barata, adjetivo malsonante.

Vamos a pasarlas putas, locución verbal malsonante.

Quizás la única acepción que no encaja es la de prostituta, ya que el pueblo español, en su inmensa mayoría, no cobra, y sin embargo pone la cama, el cuerpo y el preservativo; o sea, trabajo, impuestos y ganas, para que el sistema de pernada pueda mantenerse, protestando en petit comité, al estilo puta fina, sin montar escándalos.

Y es que no hay nada mejor que tener un proxeneta, alto, guapo y de sonrisa profident, para exprimir a la puta, puto y pute ciudadano, que a base de ecologismo, transversalidad y empoderamiento, se ha vuelto una puta sumisa del sistema.

Transformar a un pueblo, teocracia en mano, en las putas de Pedro Sánchez, ha sido un logro de ingeniería social, lento pero efectivo; han logrado quitar el orgullo, la dignidad y la honra a un pueblo que un día fue valiente.

La obligación de cualquier ciudadano libre, no es callarse como una puta, ni pasarlas putas, más bien debería ser convertir las calles en un puto infierno y limpiar este país de hijos de puta.