AR.- Valents se ha convertido en la principal referencia no independentista en el Ayuntamiento de Barcelona. También en el modelo político transversal con el que sienten representados cada vez más catalanes de uno y otro signo ideológico. Su líder, Eva Parera (Barcelona, 1973), defiende sin complejos la pervivencia de la identidad catalana incardinada en la españolidad y el humanismo cristiano. El seny brota en ella como algo natural, genético, fruto de una herencia biológica de siglos. Es la presidenta de Valents, el contrapunto político a toda esa casta de bribones mal avenidos y con la dignidad de un lagarto.

Y es que si algo caracteriza a la presidenta de Valents es su compromiso ético con las cosas de valor que merecen la pena defender y por las que exponerse. Parera descuella con mucho entre la colección de tibios que tienden a defender intereses particulares antes de nutrir a Cataluña de contenido ideológico del bueno. Por eso  más catalanes de una y otra acera ideológica la consideran una referencia moral que les sirve de fuente de inspiración para enfrentarse a quienes dentro de las instituciones catalanas corrompen el poder, falsean los ideales y manipulan las conciencias.

Eva Parera junto a Joan López, una de las notables incorporaciones a Valents.

La salvación de Cataluña está en la voluntad de las almas que tienen fe. La salvación de Cataluña está en personas como la líder de Valents. Desde el Ayuntamiento de Barcelona, donde ejerce de portavoz municipal de su partido, esta abogada, empresaria y ex senadora, representa sobre todo una refrescante bocanada de aire fresco frente a la asfixiante convivencia que propugnan los que, en clave secesionista, promueven y defienden la Barcelona de los apuñalamientos, el vandalismo, las okupaciones, los robos en la calle y a la luz del día, la inmigración descontrolada… Eva Parera reivindica en cambio la Barcelona olímpica, pacífica y cívica el 92. Por eso en los plenos municipales de la ciudad condal, ayudada por su notable oratoria, se ha convertido en el mayor azote de la alcaldesa Ada Colau y en el principal muro de contención contra el desorden y el caos que promueven las políticas del equipo de gobierno. Y todo ello sin aspavientos ni gestos histriónicos, con el mesurado talante que hiciera exclamar a Don Quijote: “Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única”.

La fascinación de Eva Parera por la política no sería tal sin el sueño de que las amanecidas en Cataluña las sigan marcando los sones campaneros de sus parroquias cristianas y no el canto quejumbroso y fatalista de los que quieren reducir a escombros la identidad española y europea de la patria chica del ‘Timbaler del Bruc’. AD ha conversado con ella sobre el papel de su partido en la actual encrucijada catalana.

Parera, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Barcelona.

¿Por qué nace Valents?

Valents no es un proyecto, es una realidad con una importante implantación territorial y una nutrida representación institucional en múltiples ayuntamientos. Valents nace de la necesidad de un nuevo proyecto político que ilusione a los catalanes. En las elecciones autonómicas de febrero de 2021 cerca de 800.000 votantes constitucionalistas se quedaron en casa, sintiéndose en buena medida traicionados y decepcionados con los partidos de ámbito nacional, incapaces de ilusionar en Cataluña. Somos el partido político que tiene por objetivo representar a esos catalanes que viven con naturalidad su identidad catalana y española. Trabajamos para algo tan revolucionario como hacerle la vida un poco más fácil a las personas, voten a quién voten.

¿Nos equivocamos cuando deducimos que su grupo político le ha comido terreno a Vox al menos en Barcelona?

Ahora mismo somos la referencia no independentista en el Ayuntamiento de Barcelona. Se nos ha unido gente que viene de VOX, PP, de Cs e incluso del PSC, que se sienten decepcionados con el papel de los socialistas en Cataluña, y, lo que es más importante, muchas personas de la sociedad civil, autónomos, comerciantes, trabajadores que nunca se habían vinculado con un partido político. Es sorprendente la fuerza, y velocidad e ilusión que ha cogido este proyecto. Lo percibimos, sobre todo, en la calle. Muchos barceloneses se nos acercan para sumarse a Valents o simplemente para darnos ánimo y transmitir su apoyo.

Cataluña era hasta hace poco una tierra sinónimo de laboriosidad, de espíritu emprendedor, de seny, de centro neurálgico de la cultura; hoy en cambio se asocia más a la conflictividad política, al permanente frentismo, a las bandas delictivas, a la transgresión moral, a los okupas y al crecimiento de barrios conflictivos. ¿Por qué ha cambiado tanto Cataluña en tan poco tiempo?

Una suma de factores. Por un lado, los diez años de procés han lastrado fuertemente el potencial de Cataluña. Ha sido una década donde el Gobierno de la Generalidad se ha dedicado a promover la fractura entre catalanes y la ruptura con el resto de España, en vez de ocuparse por los problemas reales de las personas.

Por otro lado, en Barcelona llevamos 7 años de un gobierno populista de la alcaldesa Ada Colau, que ha destrozado la imagen de la ciudad. Ha frenado inversiones y proyectos, como el Hotel Four Seasons o el Museo Hermitage, ha abandonado la seguridad de los vecinos con su política de buenismo con el delincuente y ha promovido la okupación ilegal de viviendas.

Eva Parera, con la selección española

A diferencia de la querencia de algunos grupos populistas al histrionismo y la hiperventilación, Valents nace con clara vocación transversal. Y es curioso que en tan poco tiempo hayan conseguido la adhesión de personas procedentes del nacionalismo moderado, lo que hubiera sido impensable hace solo unos años.

En Valents no preguntamos dónde estabas o de dónde vienes, sino a dónde quieres ir y si puedes hacerlo defendiendo el programa de Valents, que busca reconstruir Cataluña para volver a ser motor de una España fuerte.

Con Valents devolveremos la seguridad a nuestras ciudades, acabando con la delincuencia y garantizando el respeto y cumplimiento de la ley. Reactivaremos la economía y el empleo, generaremos oportunidades, y eliminaremos impuestos y burocracia, garantizando la estabilidad a empresarios y autónomos. Defenderemos la libertad de expresarse, de poder elegir el idioma en el que queramos hacerlo y poder elegir el modelo educativo para nuestros hijos.

¿Puede funcionar una sociedad cuando la ley y el orden son interpretados por una persona como Ada Colau?

No. Ada Colau es una activista que se siente incómoda con mantener el orden y el cumplimiento de la ley en Barcelona. Las consecuencias las están sufriendo los vecinos, las víctimas de la delincuencia que impera en la ciudad.

La ciudadanía está harta y busca un cambio. Pero es necesario un cambio con un proyecto sólido para Barcelona. La gran suerte de Valents es que contamos con un excelente equipo de profesionales de todos los sectores (urbanismo, economía, seguridad, energía…) que están preparados para coger las riendas de esta ciudad. Sí, estamos preparados para gobernar y haremos que Barcelona funcione.

¿Qué le sugiere a Eva Parera la palabra España?

España es mi país. Yo soy catalana, española y europea. Trabajaré, junto al resto de miembros de Valents, para que Cataluña no repita los errores del pasado y vuelva a ser el referente económico, empresarial, industrial y cultural que un día fue.

La líder de Valents, junto a miembros de su equipo.

Uno de los ejes vertebrales de su proyecto es la reivindicación de las raíces cristianas de Cataluña. Es decir, que Cataluña será cristiana o no será, rememorando a Josep Torras i Bages.

Uno de los pilares de Valents es la libertad. La libertad para poder pensar, expresarse o vivir como uno quiera. También la libertad religiosa. En Valents hay militantes católicos, agnósticos, ateos o también habrá quien profese otros credos. A nosotros no nos importa la fe que profesa cada uno, siempre y cuando respete los derechos humanos y los valores de la civilización occidental en los que se fundamenta Cataluña, España y Europa.

Lo que nos encontramos habitualmente en las instituciones es una persecución, criminalización o burla hacia el cristianismo mientras se potencia como algo positivo el islam u otras religiones. En el caso de Barcelona la alcaldesa felicita las festividades islámicas pero es incapaz de Felicitar la Navidad o la Semana Santa y excluye del Programa de Fiestas de La Mercè la Misa en honor a la Virgen que da nombre a la propia fiesta.

¿Qué opinión tiene usted sobre el aborto y las llamadas ideologías de género?

Nosotros creemos en las políticas en favor de la vida. Creemos que faltan políticas que fomenten la natalidad y que son más necesarias que nunca. Existen situaciones complicadas que tienen difícil solución, pero siempre debemos ofrecer una alternativa en favor de la vida. Es de justicia defenderlo porque nadie más lo está haciendo.

Las ideologías de género es uno de los grandes males que hemos padecido en estos últimos tiempos. Es una ideología que busca otorgar privilegios a la mujer por el simple hecho de serlo, lo que se acaba traduciendo en tratar a la mujer como inferior a la par que se criminaliza al hombre por el hecho de serlo. Trata a la mitad de la población mundial como criminales en potencia. Yo quiero acceder a un puesto de trabajo porque soy mejor que mi competencia, no por ser mujer. Creo en la meritocracia y el esfuerzo, no en los privilegios o las cuotas.

¿Le inquieta el cambio demográfico que empiezan a sufrir amplias zonas de Cataluña?

Lo que hay es un serio problema de integración en muchas partes de Cataluña. Esta falta de integración es la que luego deriva en un incremento de la delincuencia y de la inseguridad. Cataluña es una tierra de acogida, de oportunidades. Pero la acogida debe ir acompañada de integración para evitar que ocurra, por ejemplo, en zonas como Saint Denis en Francia, donde, como vimos recientemente, existen zonas no-go en las que la policía no se atreve a entrar. No dejaremos que eso ocurra en Cataluña cuando gobernemos.

Si usted es la próxima alcaldesa de Barcelona, ¿autorizará la construcción de una macromezquita en su ciudad?

No, no estará en nuestro programa y no creemos que sea la solución a los problemas derivados del islamismo radical.

Muchos españoles de fuera de Cataluña empiezan a ver en Valents una opción política necesaria y juiciosa no solo para Cataluña. ¿Contemplan la posible extrapolación del proyecto al conjunto de España, tal y como hizo en su día Ciudadanos?

No. Nuestro proyecto nace para defender a España y a los catalanes constitucionalistas desde Cataluña. Uno de los grandes errores de Ciudadanos fue abandonar la lucha contra el nacionalismo en Cataluña para irse a Madrid a tratar de ocupar la Moncloa.

Nosotros no vamos a abandonar Cataluña. Nos quedaremos en nuestra comunidad representando a todos esos catalanes que quieren seguir formando parte de España. Y lo haremos en los ayuntamientos, en el Parlament, en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento Europeo, presentándonos en las circunscripciones catalanas. Es uno de nuestros compromisos principales con la ciudadanía catalana y es una de las peticiones que más nos recuerdan en las calles de Barcelona y el resto de Cataluña: “No nos abandonéis, no os vayáis a Madrid como hizo Ciudadanos”. Y no, nosotros no nos vamos, nos quedamos en Cataluña.

¿Qué valores echa más en falta en el conjunto de la dirigencia política catalana y del resto de España?

Decir las cosas claras, sin engañar y tratando a los ciudadanos como adultos. Cada vez más políticos creen que pueden engañar a los ciudadanos, tratarlos de tontos. Y no lo son. Los catalanes y el resto de los españoles pagan sus impuestos, sus facturas, contribuyen a mantener este Estado y se merecen a políticos que sean valientes, que digan las cosas como son, sin miedo al qué dirán, y que digan la verdad tratando a sus votantes como a personas adultas. Lamentablemente es cada vez menos frecuente.

¿Nos iría mejor si se hablara menos de batallas ideológicas y más de guerras espirituales?

Nos iría mejor si la extrema izquierda populista abandonara su intento de imponer su agenda ideológica en todas sus políticas, desde cómo pensar o como “ser hombre”, hasta qué comer,  y se centrase en mejorar la vida de los ciudadanos. En Barcelona, por ejemplo, la alcaldesa Ada Colau está más ocupada en promover su ideología de extrema izquierda que en mejorar la ciudad y la vida de los barceloneses, por ejemplo, incrementando el número de policías para combatir la inseguridad desbocada que padecemos. Al final, la política se trata de esto, de hacer la vida de la gente un poco más fácil. Eso es lo que hemos venido a hacer.