Coche de la Policía Nacional.

Era alrededor de la una de la mañana del domingo cuando una niña de 13 años sufrió un intento de sumisión química en las fiestas de Montevil, en Asturias. Los progenitores, que estaban a escasos metros de distancia de la menor, alertaron enseguida a la Policía de que había sufrido un pinchazo. Enseguida fue trasladada al Hospital de Cabueñes, donde dio positivo en estupefacientes. Más tarde se comprobó que se trataba de éxtasis líquido.

La menor se encuentra estable y la familia tramitó ya la denuncia. Lo sorprendente del caso, igual que los de las últimas semanas, es que no haya habido abuso posterior ligado al pinchazo.

Este tipo de sumisión química, empleado por agresores sexuales desde antes de la pandemia, llegó a España este año, aunque lleva tiempo presente en otros países de la Unión Europea. Cataluña es la Comunidad con más casos de España, si bien el país ya contabiliza 162 casos de abusos sexuales perpetrados mediante sumisión química de un total de 9.331 agresiones.

Las principales afectadas de los pinchazos de distintas sustancias son mujeres jóvenes de menos de 30 años, y los síntomas asociados son náuseas, somnolencia, dolor de cabeza, lagunas y aturdimiento. El Ministerio de Igualdad firmó un convenio con la Federación española de ocio y espectáculos para garantizar que todos los espacios sean seguro para las mujeres, pero las autoridades y las organizaciones feministas piden máxima alerta en los espacios por la noche. En caso de notar alguno de dichos síntomas, es necesario pedir ayuda cuanto antes y no quedarse sola.

Las autoridades recuerdan la importancia de denunciar y de dar la voz de alarma.