Si por algo se caracteriza la gente auténticamente de derechas, al menos a mi entender, es por no darle la espalda a los problemas, en no buscarlos pero sí afrontarlos, y afrontarlos sin excusas y de frente, sin esperar a estar acompañado ni arropado, en jugársela si es necesario, ya que que el honor, la honra y la palabra dada tienen que ser los motores de la conducta de cualquier persona honrada y de derechas.

Ver como esta gentuza de Vox Málaga, genera un escándalo diario y la inacción de la dirección nacional como modus operandi, me hace pensar que ni son de derechas ni se visten por los pies.

Ser de derechas es mucho más que llevar la mano llena de pulseritas, gritar ‘viva España’ mientras buscas una buena silla, o levantarse y ponerse la mano en el pecho cuando se escucha el himno.

Ser de derechas supone buscar lo mejor para tu país, para tu comunidad y para tu pueblo, aunque no sea lo mejor para ti ni lo mejor para tus amigos.

No puedo negar que tengo envidia del señor Olea, que según parece ser tuvo la suerte de enfrentarse al señor Gutiérrez en plena calle, suerte que no tuve yo al serme anunciado, de forma chulesca, mi cese en la propia sede, sobre todo por la presencia de señoras. Qué me hubiese gustado estar bajo la piel del señor Olea, frente al “espermatozoide”, en plena calle. El día que quiera le reto a que saque pecho en mi presencia o exhiba la misma chulería que suele cuando está acompañado. Eso sí, solos él y yo, sin testigos, para dirimir nuestras diferencias.

Quizás sea necesario recordarles a Federico García Lorca, homosexual y de izquierdas, que seguro que así lo entienden: soy más valiente que tú, más torero y más gitano.

*Ex coordinador de Vox en el municipio malagueño de Mijas