AR.- Te he seguido durante toda la campaña, Macarena, y he llegado a la certeza que ya apuntaba mi intuición: eres una mala persona. No he percibido en ti un átomo de empatía con quienes no pertenecen al universo de fanatismo y prejuicios que tuviste que construir al entrar en Vox. No has ofrecido nada que resultase constructivo ni que intentase arrancar de las personas lo mejor que llevan dentro. Barro, mucho barro, es lo que nos ofreces. Sobreactuación, histrionismo y muchas mentiras. Como el numerito aquel con el friki que rompió un carnet del PP y que luego se supo que era militante de Vox. Y muchísimo odio a quienes felizmente no piensan como tu. Y te has equivocado. Al pueblo andaluz no se le conquista con miedos ni con ditirambos que nada significan. Al pueblo andaluz no se le seduce intentando sacar lo peor de la gente en beneficio propio. A Andalucía no se la conquista, es Andalucía la que a lo largo de la historia ha terminado convirtiendo en conquistados a los conquistadores. En un exceso bastante ridículo de autoestima, te has creído una mezcla de Juana de Arco y Agustina de Aragón que estaba llamada a salvarnos aún no sé de quién ni de qué. Al final, con tus impostadas apelaciones al miedo, lo que has conseguido es parecerte cada día más a la niña del exorcista.

Cada uno se hace el harakiri político como quiere, pero lo que no pasaré hoy por alto es que hayas insultado a los andaluces en una frase que quizás habrá pasado desapercibida, pero no para mi. Dijiste ayer en Algeciras, y no es la primera vez que lo dices, que los andaluces que acuden a los mítines de todos los demás partidos, lo hacen al reclamo de un bocadillo. Sin pretenderlo, o quizás sí, has sacado a relucir los peores tópicos y prejuicios que la gentuza clasista de otras tierras ha tenido siempre sobre Andalucía. Por eso llevan razón los que cuestionaban tu pretendido arraigo andaluz.

Estuve el pasado sábado en el mitin que dio el PP en Málaga capital acompañado precisamente por el ex número dos de tu partido en esta provincia. No tengo la impresión de que a la gente que había en el mitin la motivase la supuesta vianda que, según tú, se les ofreció. En mi caso, me pones en el brete de tener que ir hoy a la sede de los populares a reclamarles el bocadillito de lomo que, de acuerdo a tu información, dejé de percibir. ¡Qué patética eres, Macarena!

En el fondo no difieres casi nada de la clase política catalana. En el fondo interiorizáis el mismo desprecio por los andaluces, ya que no hay mayor insulto a los andaluces que dar por probado que son capaces de enajenar su dignidad por un bocadillo, con la misma normalidad con la que tu padre enajenó su reputación convirtiéndose en testaferro de los Pujol. Este tipo de distorsiones de la realidad andaluza parece que no es nueva en los dirigentes de Vox, ya que hasta el diputado por Badajoz, Víctor Sánchez del Real, ha querido hacer mofa del habla dialectal de Andalucía.

Sólo desde los prejuicios de auténticos fanáticos descerebrados se puede observar a los andaluces desde ese prisma conferido por los tópicos de nunca acabar. Lo dice un español que ya se enfrentaba a la islamización y al recambio demográfico cuando tú llegabas a la facultad de derecho a bordo de un Porsche Panamera. Y te hablo desde Málaga, la tierra que ha sido escenario de mis mejores momentos, la madre del turismo y la cuna del Piyayo. La que alteza sin corona en cualquier verbena popular o mismamente en la mexicana plaza de Garibaldi, rodeado hace años por un grupo de mariachis y trasladado desde allí hasta el Parnaso al que todos vuelven: “Malagueña salerosa/besar tus labios quisiera/y decirte niña hermosa”.

Desgraciadamente para ti, la campaña que has hecho ha sido bastante torpe y lamentable. Lo peor es que además hayas acreditado un nivel de incompetencia que tu verborrea en el Congreso había camuflado. En el primer debate en RTVE no se te ocurrió otra cosa que preguntar a Juanma Moreno “cuántos inmigrantes ilegales va a expulsar usted de Andalucía”. Moreno, por educación, eludió responderte. Sí lo hizo Juan Marín al recordarte que las expulsiones de inmigrantes son competencias del gobierno central. Tuviste también el atrevimiento de preguntar por los 2.500 millones de euros que faltan del reparto de los fondos europeos, y otra vez te tuvieron que recordar que fue gracias a Vox que pudo convalidarse el Real Decreto para que fuese Pedro Sánchez quien los esté repartiendo con los criterios arbitrarios ya conocidos, perjudicando deliberadamente a esta región. “No, no, con tono irónico, solo nos abstuvimos”, repusiste patéticamente.

Ahora intentas hacernos creer que existe un acuerdo larvado entre PP y PSOE. Y te debería dar vergüenza cuando te has convertido en la única baza contra Juanma Moreno que ha jugado el PSOE durante la campaña. Y te debería dar aún más vergüenza cuando habéis coincidido con el partido de Espadas en más de la mitad de las votaciones, como la que tumbó en el Parlamento andaluz el presupuesto para 2022.

Contó hace meses el bloguero Juan Pardo, muchos años vinculado a la Junta de Andalucía como alto funcionario, que la abstención de Vox en la votación del RD de los fondos europeos, tuvo premio. Sostiene que tu partido fue premiado por el PSOE con 25 millones de euros, “de los cuales la mitad se los quedó Abascal, el resto los Monasterio y cía”. De no ser cierta la afirmación del señor Pardo, estaríamos ante un más que probable delito de injurias y calumnias. Que sepa, hasta ahora no ha habido acción legal de Vox obligando al señor Pardo, en el mejor de los casos, a la retractación.

Afortunadamente, Macarena, los andaluces ha tomado nota y te someterán el domingo al más severo correctivo en nombre de su más estricto sentido de la dignidad. Y ya no tendrás necesidad de fingir lo que no eres ni serás nunca.