Crónica histórica del conflicto Rusia-Ucrania (I)
Mario Lozano.- 1º.-Tras la caída del “muro de Berlín”, madrugada del 9 al 10 de noviembre de 1989, la URRSS se desmoronaba. Occidente-OTAN contemplaba el espectáculo con una mezcla de sentimientos que van desde el júbilo victorioso al desdén por el vencido y cierto tinte emocional por aquello del “toro pasado”. Moscú se resignaba a la situación y callaba silente cuando el 16 de julio de 1990 el parlamento ucraniano firmó la declaración de soberanía nacional subrayando los principios de libre determinación, democracia e independencia política y económica, que fue refrendado por el 90% de ciudadanos.
2º.- El 5 de diciembre de 1994 se firma el Memorándum de Budapest sobre Garantías de Seguridad, como consecuencia del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Se reconocían a Ucrania unas garantías a cambio de la cesión de su arsenal nuclear a Rusia. Lo firmaron Ucrania, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. O sea: Leonid
Kuchma, Borís Yeltsin, John Major y Bill Clinton. Más tarde China y Francia consignaron análogas declaraciones individuales de garantía que para Ucrania fueron básicamente de seguridad frente a las amenazas o el uso de la fuerza contra su integridad territorial o su independencia política, así como las de Bielorrusia y Kazajistán. Por el Protocolo de Almá-Atá 11 de las 15 repúblicas suscribieron en Kazajistán el Tratado de disolución de la Unión Soviética.
3º.- Paso a paso Rusia y las nuevas naciones surgidas de la fenecida Unión Soviética buscaban -renqueantes en su economía y organización política-, su lugar en Europa, porque, eran y son Europa. El 31 de mayo de 1997 Borís Yeltsin y Leonid Kuchma suscriben el Tratado de Amistad, Cooperación y Asociación entre Rusia y Ucrania basadas en el respeto, igualdad, integridad territorial, protección de las fronteras, solución pacífica de las controversias y renuncia al uso de la fuerza.
4º.- Pero unos inquietantes flecos perduraban aún. Una reliquia de la “Guerra Fría”. La OTAN. Y mientras Rusia había liquidado el Pacto de Varsovia porque ya no tenía sentido y -por lo tanto, en puridad, la pervivencia de la Alianza Atlántica tampoco lo tenía-, sin embargo, no sólo ésta continuaría, sino que además se ampliaría y llegaría -más recientemente- a trasladar su cuartel general desde el norte de Alemania hasta Cracovia en el sur de Polonia.
5º.- En aquellos comienzos renqueantes de la nueva Rusia esas sospechas no pasaron desapercibidas, por eso, Moscú precisó e insistió varias veces en que la OTAN nunca debería extenderse hacia el este. Y en aquel clima de distensión y deseos de una nueva Europa, también lo entendieron así el presidente francés Francois Mitterrand y el
canciller alemán Helmut Kohl, que exigieron a sus aliados occidentales que aceptaran ese compromiso. Por eso, a tiempo de la reunificación alemana, redactaron y firmaron un tratado que garantizaba que la OTAN nunca cruzaría la línea Oder-Neisse, o sea la frontera germano-polaca. Ese compromiso quedó registrado en las declaraciones de la OSCE emitidas en Estambul (1999) y en Astaná (2010).
6º.- Pero Estados Unidos hizo oídos sordos a dicho compromiso y en 1999 se incorporaron Chequia, Hungría y Polonia a la OTAN. En 2004 lo hicieron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. La OTAN se expansionaba mientras Rusia veía confirmados sus temores aunque contemplaba el fenómeno resignada.
7º.- Y no sólo por eso, el año 2004 fue muy importante. Hasta llegar a él el panorama general de los nuevos países del Este era el de la inercia sociopolítica y económica consecuencia del desmoronamiento de la URRSS. Rusia conocía la carcoma de las numerosas mafias incontroladas mientras políticos como Boris Yeltsin -más preocupados por actividades nada edificantes- no despertaban inquietud alguna. Y en Ucrania, Leonid Kuchma prosperaba como miembro de la Rada Suprema, después como primer ministro en 1992 y presidente en 1994, reelegido en 1999. Pero pronto comenzaron las protestas, su poder comenzó a debilitarse ante las exposiciones en los medios y para 2004 ya no pudo presentarse.
8º.- Como digo, el año 2004 es esencial porque marca la entrada de dos naciones del Este de Europa en el nuevo escenario mundial: la de Rusia, que olvidaba los caóticos años de mafias internas, ninguneo internacional y pésimas gestiones; y la de Ucrania que se deshacía -para bien o mal- de los años de Kuchma.
Rusia, con un reelegido Vladimir Putin, comenzaba su escalada meteórica en todos los planos nacionales e internacionales, creciendo a un 7% anual, se rehacía desde sus cenizas y comenzaba a tratar de tú por tú a las entonces orgullosas y sesteantes naciones y organizaciones geopolíticas que creían dominar el mundo. Y así lo
demostraban con ejemplos como el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia de 1999, Operación Fuerza Aliada (en inglés, Operation Allied Force), iniciada unilateralmente por la OTAN, sin autorización previa del Consejo de Seguridad de la ONU, que duró tres meses.
9º.- Por su parte, esa nueva Ucrania que también se incorporaba al teatro del mundo y que era básicamente la que había diseñado Kruschev en los años 50 con territorios del antiguo Imperio zarista (luego URRSS), Polonia, el viejo Imperio Austrohúngaro… se encontraba pimpante en su nuevo traje de nación europea, moderna y democrática,
así que celebró elecciones en ese año crucial 2004. En la segunda vuelta ganó Viktor Yanukovich, frente al oponente Viktor Yushchenko, pero éste las impugnó. En plena revuelta conocida como “Revolución Naranja”, Ucrania se encontró inmersa en una grave crisis, con manifestaciones generalizadas y se pidió una nueva segunda vuelta
electoral que su Tribunal Supremo ordenó repetir. Celebrada la cual, el 26 de diciembre, salió ganador Viktor Yushchenko.
10º.-A trancas y barrancas, Ucrania llega al nuevo año electoral de 2010 y vuelve a ganar el candidato prorruso Víktor Yanukóvich del Partido de las Regiones, superando a la candidata Yulia Timoshenko.
Vuelven a repetirse las protestas y por si no quedaba clara la intervención extranjera, los líderes occidentales sabotearon fuertemente los juegos de la Eurocopa 2012 no llevando a sus delegaciones a presenciar los encuentros. Así que aumentó el clima caótico, con manifestaciones y disturbios.
11º.-En ese clima infernal de pronunciamientos prooccidentales y nacionalistas el Gobierno de Ucrania suspendió, el día 20 de Noviembre de 2013 la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea. Es el motivo para el estallido -al día siguiente 21- de las jornadas sangrientas conocidas como “el Euromaidán” o de la “Plaza de Maidán”, que se saldó con más de cien muertes y la fragmentación del país.
12º.- La Unión Europea preparaba su plan de acercamiento “pacífico” y la administración de Obama lo ejecutaba magistralmente, a través de la OTAN y su nueva política de “puertas abiertas”. Así mismo, el magnate George Soros aceleraba su proyecto intervencionista trabajando estrechamente con la USAID, la Fundación Nacional para la Democracia.
Participaron también casi todos los heterogéneos grupos étnicos y culturales en los que está dividida Ucrania (aunque se intente presentar como un país consolidado y de democracia probada y estable) desde el principal ultra-nacionalista y de extrema derecha Pravy Sektor, instigador de los disturbios, y el partido parlamentario de extrema derecha Svoboda, hasta la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Kiev (no así la del Patriarcado de Moscú). Además de minorías étnicas: tártaros, judíos, georgianos, armenios y otros ciudadanos como polacos, bielorrusos etc..
La realidad era que Ucrania era un país dividido: La víspera del Euromaidán, la población ucraniana se encontraba virtualmente dividida: un 38,0 % de los ucranianos apoyaba una asociación con Rusia, mientras que el 37,8 % prefería una con Europa.
(Sobre la implicación de USA/OTAN en Ucrania ver el excelente artículo de Javier Barraycoa en Alerta Digital 5-5-22. “Azov, Zelensky y los Straussianos” y el de Manlio Dinucci 16-3-2022, sobre la RAND Corporation, también en AD).
(Continuará)
Que recoja los ucranianos el amiguito BIDEN en sus aviones,rumbo EEUU,carota¡
La injerencia useña no ha dejado a Ucrania ni un respiro en los últimos 25 años
La injerencia es su obsesión y va más allá de Ucrania porque su propósito es, ha sido y…¿será? su inapelable hegemonía en el mundo.