La juez Mercedes Alaya

Ex militante de base de Vox Málaga (Remitido).- Excelentísima Mercedes Alaya: ante todo quiero expresarle mi agradecimiento por su permanente lucha y su compromiso ético contra la corrupción en Andalucía, por lo que muchos andaluces tenemos en usted una referencia de moralidad y de buena praxis profesional.

Por mi admiración hacía lo que usted representa, no podía dar crédito a las informaciones que apuntaban a que Vox le había propuesto ser su cabeza de lista de cara a las elecciones autonómicas andaluzas del 17 de junio.

Quienes hemos estado dentro de este partido comprendimos que el objetivo de Vox, no era una apuesta por la moralidad como forma de acción política, sino que lo que buscaba con su incorporación era el blanqueamiento de un partido que es sinónimo de falta de democracia interna, de desprecio a los militantes, de nepotismo iletrado, de corrupción moral y de ruptura de la convivencia entre los españoles. Habría sido una gran decepción que usted, con todo su magisterio moral a cuesta, aceptara formar parte de un partido estafa concebido única y exclusivamente para el enriquecimiento de sus principales dirigentes, utilizando para ello la cuartada del falso patriotismo.

Afortunadamente, me consta que el juez Francisco Serrano mantuvo ayer martes con usted una extensa charla, y que finalmente logró disuadirla de aceptar el envenenado ofrecimiento, que sin ninguna duda hubiese acabado con su bien ganado prestigio.

Y es que Vox, señoría, se ha significado, como ningún otro partido, por traicionar y tirar como una colilla a sus mejores activos cuando ya no les hace falta. La traición es a los líderes de Vox lo que la cirugía estética a Patricia Rueda.

Por todo ello, celebro que puede usted seguir yendo con la cabeza alta, y no arrastrando el pecado de unas siglas que envilecen a quien se vincula a ella.

Que Dios le bendiga, juez Alaya.