Inmaculada Fernández.- Mientras el mundo contempla la guerra en Ucrania con horror, no debemos olvidar la más larga y sangrienta de las guerras: la que tiene lugar en el vientre materno. Esta guerra se lleva cada año la vida de millones de bebés inocentes e indefensos en su estado más vulnerable.

En España llevamos meses luchando contra la ofensiva abortista, desde Irene Montero con su nueva ley, hasta la criminalización de los provida por parte de todos grupos de centro-izquierda. Ahora nos toca defender la vida más allá de nuestras fronteras.

Una vez más, la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas abraza la locura de la izquierda radical globalista al sugerir que el aborto, la ideología de género y la sexualización de los niños son una solución al cambio climático.

En el primer borrador -al que hemos tenido acceso, la Comisión se basa en conclusiones que no son vinculantes ni formales, como las de Beijing o la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) y sugiere que el aborto, la sexualización de los niños, la ideología de género y la anticoncepción de las niñas son una solución al cambio climático.

En el párrafo 15 de este borrador, la comisión también recomienda que los grupos feministas y las organizaciones “dirigidas por jóvenes” dirijan el debate hacia la consecución de la “igualdad de derechos”.

Mientras que este borrador podría parecer muy inocente y sensato para las mujeres a primera instancia, nuestros asesores en la ONU están muy preocupados por el lenguaje utilizado en el mismo, ya que auguran que si se aprueba este borrador las más perjudicadas serán las propias mujeres.

Atención a este punto: “adoptar medidas concretas para hacer realidad el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, garantizando el acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, para aumentar la resiliencia climática, ambiental y ante los desastres de todas las mujeres y las niñas”.

Además, en lo que parece un esfuerzo orquestado para convertir a las Naciones Unidas en un organismo al servicio de la izquierda radical, poderosos grupos abortistas y del lobby LGTBI han presionado a esta Comisión para que bloquee a los grupos provida.

A los grupos provida se les ha impedido la participación en este evento, salvo de forma virtual, censurando el debate y creando una fiesta puramente ideológica para alimentar a la sanguinaria industria global del aborto con las ridículas “soluciones” al cambio climático.