Puntos sobre España y la OTAN
1. Mientras la OTAN unía la contención del comunismo con la defensa de los intereses anglouseños, era lógica la integración de Europa occidental en ella. Una vez caída la URSS, solo queda la defensa de dichos intereses que, por lo que respecta a España, son diferentes y contrarios. Gibraltar y las bases useñas son la prueba más palpable y humillante, pero ni de lejos la única.
2. Para algunos países históricamente temerosos de Rusia, como Polonia, el respaldo de la OTAN puede ser una salvaguardia deseable, pero no es lo mismo para Ucrania, origen de la propia Rusia, con una gran parte de su población rusa o prorrusa y cuya posición geoestratégica al servicio de la OTAN crearía una amenaza real para Moscú. La política del gobierno antirruso de Kíef, respaldado por la OTAN, amenaza por ello la paz en Europa.
3. La amenaza a la paz en Europa repercute inevitablemente en España, que no puede hacer nada para impedirla. La defensa de los intereses de España –hoy por hoy imposible bajo gobiernos PP-PSOE corruptos, antinacionales y proseparatistas– debería basarse en una neutralidad estricta. España no tiene alianza ni conflicto con Rusia, y en cambio tiene un conflicto con la OTAN. Conflicto extremadamente grave, aunque los citados gobiernos lo encubran y se declaren “amigos y aliados” de quienes invaden territorio español y satelizan política y culturalmente a España.
4. La extendida idea de que los problemas externos tienen poca relevancia interna es falsa: la intervención en Irak generó la victoria del Zapatero, acelerando los impulsos antinacionales y antidemocráticos. Y hoy, la cuestión OTAN-Rusia debe servir para poner en marcha, de una vez, un movimiento neutralista en España. Todos podemos y debemos contribuir a ese fin.











