La “existencia” de Dios
Un falso problema que ha hecho correr ríos de tinta, y a veces de sangre, es el de la existencia de Dios. Llamamos existente a todo lo que podemos situar en el tiempo y el espacio, aunque el concepto de realidad es o puede ser más amplio. Todo lo existente es efímero, por definición. Se supone que Dios es precisamente el creador de lo existente, por lo tanto no podría existir del mismo modo que la existencia, que sería una “creación”.
¿Por qué suponemos que tiene que haber “algo” al margen de la existencia? Porque nuestra razón no encuentra fundamento a la existencia en la existencia misma. Nosotros mismos no somos el fundamento de nuestra vida. La existencia ha de deberse, por tanto, a algo externo a ella. Al mismo tiempo, nuestra razón nos dice que, como parte que es de lo existente, no puede ir más allá del intento más o menos exitoso de comprender lo que existe: el factor más allá de la existencia se le presenta como necesario e inalcanzable.
De otro modo, la razón dice: puedo tratar de entender, trabajosamente, lo existente, pero no puedo entender lo que hay más allá, pese a que entiendo que ha de haber un más allá que fundamente lo existente. La fe consiste en esa comprensión sin posible penetración.
Afirmar o negar la existencia de Dios no tiene sentido. Podemos decir algo como que “hay” Dios” o “no hay Dios”, realmente no encontramos un verbo adecuado al objeto, pero atribuirle existencia es rebajarlo al nivel de su creación. El punto de vista del ateo sería: “mi razón me permite analizarlo todo, por lo tanto también ese misterio de Dios; y concluye que no hay Dios, porque al examinar el concepto encontramos muchas incoherencias lógicas”. Sin embargo la razón nunca puede concluir tal cosa, por eso se trata de una fe basada en un sentimiento presente en todas las culturas. Decía Chesterton que quien deja de creer en Dios pasa a creer en cualquier cosa. En sí mismo, en la propia razón, por ejemplo, o en la técnica, otorgándole poderes divinos en una especie de autoadoración.












Dice, y muy bien, Vd, que lo existente es efímero, pasajero, fugaz. Sólo Dios, “El Que Es”, para Quien no somos capaces de encontrar un verbo adecuado que Lo exprese, porque Su realidad, excede a nuestra comprensión, puede hacer posible la existencia de todo lo creado. y de lo que existe, nosotros sólo conocemos lo que alcanza nuestra muy limitada percepción. Como dice San Agustin Dios es el principio y fuente de todos los seres, la Realidad plena, inmutable, infinita, única, simple, eterna, y perfecta. Es el Bien, la Verdad, la Belleza y el SER,cuya esencia es el Amor. Y… Leer más »
Muy buen articulo, como siempre muy clarificador y certero en sus análisis, de cualquier tema.
Considerando el asunto de la existencia de Dios desde un punto de vista
moral, hay que concluir que, si Dios no existe, todo vale. Es decir, el mundo
se convertiría en una terrible jungla de asfalto.
Bien. Otra forma de expresar lo que se sabe en filosofía aunque menos precisa. Dios es el Ser del ente, no un entidad. Dios subyace al fenómeno y no es un fenómeno. Dios es unidad y el uno inmutable y, por supuesto, no puede ser visto. Quien dice Dios, dice el Tao o Brahma. Otro asunto posterior es la crítica que quepa hacer de las pruebas racionales hasta ahora propuestas sobre la “existencia” de Dios y su mejorable formulación. Estas pruebas se dividen en dos clases, el argumento ontológico de San Anselmo y las aristotélico-tomistas. Lo de Kant es una… Leer más »