Instagram es una red muy versátil de cara a promocionar un negocio digital, pero igual que tiene ese potencial tiene el inconveniente de que alcanzar puestos relevantes es complejo si se está empezando y no se conocen todos sus algoritmos y funcionalidades al dedillo.

La mejor forma de arrancar en esta plataforma es creando un perfil con contenido valioso y potenciar su SEO para que avance de forma orgánica. Pero como esto requiere de muchísimo tiempo y de conocimientos muy expertos una buena idea para darse a conocer es comprando servicios publicitarios.

¿Qué es la compra de servicios publicitarios?

Esto, que a primeras puede resultar algo chocante, es una práctica habitual de marketing que existe desde que existe la publicidad. Hoy en día entre las métricas que utilizan las grandes redes sociales una de las más importantes es la cantidad de seguidores que tiene nuestra cuenta. Esta es además la cifra en la que se fijan los potenciales clientes, proveedores o sponsors de cara a considerar nuestra marca como de interés o no.

La presencia de una marca en las redes hay que cuidarla y por ello no hay que depender de cualquier tipo de seguidor, hay que cribarlos como sucede cuando se consigue más seguidores pagando los servicios que prestan al efecto las agencias especializadas.

¿Cómo funcionan estos servicios?

Las empresas de marketing que prestan estos servicios son, por lo general, grandes conocedoras de todos los vericuetos que presenta cada red social y pueden dirigir el público adecuado a nuestra cuenta y en función de nuestras necesidades.

Cuando se adquiere un servicio de estas características no se compran seguidores al azar, ya que la empresa que los presta analizará el perfil el cual deseemos potenciar y nos dirá las pautas de actuación con las que va a obrar.

Instagram funciona de una forma algo diferente a otras redes por ejemplo en el aspecto de las historias, de la que es pionera y ya ha sido copiada hasta la saciedad.

Esta manera de interactuar tiene que tener características que es difícil conocer y saber aplicar de entrada, como por ejemplo generar confianza mostrando la realidad del día a día de la empresa. Hasta que logremos que una de estas historias atraiga a alguien pueden pasar meses, y de ahí a que se conviertan en seguidores ya hay un abismo.

Si a eso le añadimos aprender como usar de manera correcta los hashtags, las etiquetas, las menciones, el lenguaje apropiado y la conectividad con otras redes podemos encontrarnos tan abrumados que no solo pasemos desapercibidos, sino que cometamos errores de manual.

En el tiempo que dura este aprendizaje no podemos dejar la cuenta sin seguidores ni sin contenido, por tanto, acudir a estas oportunidades y comprar seguidores es una opción completamente lícita y que obedece a un mercado libre dónde triunfa el que sabe apostar a caballo ganador.

Si estás pensando en promocionar tu negocio en Instagram comienza por crear tu cuenta y aprender su funcionamiento, ya que los seguidores los puedes tener garantizados hasta que logres captarlos por ti mismo.