Muhammad Abdellah

Pedro Altamirano.- Una de las señas de identidad de los gobiernos totalitarios es la falta de respeto a los derechos humanos, a las personas. Otra seña de identidad es la facilidad que tienen para crear héroes populares que, de forma inmediata se le vuelve en contra. Dos elementos que el actual gobierno filocomunista del PSOE-UP en compañía de otros acaban poner en practica para vergüenza de todos los demócratas españoles.

Es conocida la sumisión del Gobierno Sánchez al régimen militar argelino. Nada nuevo, lo misma que demuestra con Venezuela, cosas de mantenerse en el gobierno con apoyo de partidos amantes de los totalitarios. Esta sumisión a los generales argelinos, llega al extremo de entregarles en bandeja a activistas demócratas refugiados en España. Hablamos del técnico aeronáutico argelino Muhammad Abdellah, que destapó parte de la corrupción entre los militares argelinos.

Consiguió escapar de Argelia y refugiarse en España. El régimen argelino, como es lógico pide la extradición por terrorismo. Qué curioso, como califica todos los regímenes totalitarios a la oposición. Cuál no es la sorpresa cuando se hace público un delirante auto administrativo de expulsión inmediata de Abdullah a Argelia, sin dar tiempo ni a reaccionar. Fue entregado a las autoridades argelinas que lo “interrogaron” y lo encarcelaron. Hoy solo se conoce que es torturado y al borde de la muerte.

Cómo es lógico, de forma inmediata, toda la oposición democrática al régimen argelino se moviliza entorno a Abdellah y culpan a España, y ese el problema de estos regímenes como el de Sánchez que soportamos todos los españoles, que sus errores lo pagamos todos. “España fascista”, “España esclava de Argelia”. Todo un rosario de insultos a España por culpa de la obediencia debida del PSOE a todos los que lo mantienen en el poder.

El gobierno español ha creado a un verdadero héroe para la causa democrática argelina. Ha cometido el mismo error que cometen los dictadores, crear héroes populares. Un regalo del gobierno Sánchez al gobierno militar argelino que se ha vuelto en contra de la imagen de España en el Gran Magreb.

Cuándo caiga el régimen argelino, al que le queda muy poco acuciado por los movimientos populares internos como la Hirak o el movimiento independentista de la Kabilia, y se restaure un régimen democrático, España se habrá ganado la enemistad de la democracia Argelina. Ello, unido al desastre diplomático con Marruecos, España será barrida del Gran Magreb, una zona de inmenso futuro por los recursos naturales, y oportunidades económicas para nuestras empresas.

Sin duda, otro éxito de la nefasta política exterior del gobierno Sánchez.