Chris Waldburger.- El gobierno del Reino Unido acaba de comunicar los siguientes datos, escondidos en su informe sobre variantes preocupantes:

Menos de un tercio de las muertes por la variante delta se producen en los no vacunados.

Permítanme decirlo de otra manera: dos tercios de las muertes por la variante delta en el Reino Unido corresponden a los vacunados.

Para ser más específicos:

Del 1 de febrero al 2 de agosto, el Reino Unido registró 742 muertes por la variante Delta (sí, la temida Delta no se ha cobrado tantas vidas).

De las 742 muertes, 402 estaban totalmente vacunadas. 79 habían recibido una vacuna. Sólo 253 no estaban vacunados.

El informe está aquí.

De nuevo, 402 muertes de 47 008 casos en vacunados; 253 muertes de 151 054 casos en no vacunados. Según estos datos, si se contrae covid después de haber sido vacunado, ¡es mucho más probable que se muera que si no se ha vacunado!

Evidentemente, hay que tener en cuenta que hay más personas mayores que se vacunan, pero no lo suficiente como para cambiar el resultado final: esta vacuna no es ni de lejos tan eficaz como se anuncia.

Y con todas sus incógnitas, y un número de informes adversos mucho más alto que el de todas las demás vacunas combinadas, una recalibración completa de la política mundial es la única opción moral.

Los países de todo el mundo, a medida que pasan los meses desde la vacunación, están experimentando un aumento de las muertes y hospitalizaciones de los vacunados. El 60% de las hospitalizaciones en Israel son de pacientes totalmente vacunados. (De ahí la loca carrera por los refuerzos no probados).

Los poderes fácticos no admitirán que hay algo terriblemente malo. No reconocerán la clara evidencia científica de que las personas con inmunidad natural, y los jóvenes y sanos, no necesitan correr los riesgos de estas inyecciones. Lea este importante artículo sobre la inmunidad natural. Los estudios fiables que muestran la superioridad de la inmunidad natural son simplemente ignorados por estos señores.

En su lugar, pinchan y pinchan y vuelven a pinchar. Los pasaportes de las vacunas serán renovables cada seis meses. Los países están pidiendo hasta 8 vacunas por ciudadano. Las máscaras no desaparecerán. Israel, la principal nación vacunada, está bloqueada.

El informe también hizo otra admisión importante:

Esta NO es una vacuna esterilizante que detenga enfermedades como la poliomielitis o la hepatitis utilizando virus vivos. Esto es sólo para ti. Lo que significa, como han dicho desde hace tiempo expertos como Martin Kulldorff, bioestadístico, epidemiólogo y profesor de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard, y Jay Bhattacharya, profesor de medicina en la Universidad de Stanford e investigador asociado en la Oficina Nacional de Investigación Económica, que tiene cero sentido vacunar a los jóvenes y sanos.

Estamos ante un error histórico mundial, y de hecho ante un asalto global a los cuerpos jóvenes.

Para que quede claro, no aconsejo a nadie que se vacune o no. Yo podría haber decidido tomarla si estuviera en una categoría de riesgo, o si supiera que no tengo que llevar una máscara o hacerme la prueba después de tomar una sola inyección. Tu decisión debe estar guiada por la consulta con un médico, el consentimiento informado y tu propia conciencia.

Y debería preguntarse por qué no hay ninguna explicación para los cientos de miles de mujeres que experimentan cambios menstruales después de la inyección, o la forma en que las vacunas se imponen al mismo tiempo que se investigan por riesgos desconocidos.

Lo que sí diré categóricamente es que usted tendrá que responder un día, en esta vida o en la siguiente, por su postura sobre la cuestión de la obligatoriedad de la vacuna para los sanos sin el consentimiento informado, por dar cobertura a los gobiernos para que metan cosas en las narices de los niños, y por bloquear todo lo que hace que la vida valga la pena. ¿Dónde estaba usted cuando les robaron las libertades a los niños? Dudo que esa generación les perdone mucho.

Cada vez que alguien publica un meme burlándose de las dudas sobre las vacunas, no sólo aliena a los indecisos y los radicaliza, sino que implícitamente respalda un nuevo estado policial en el que un gobierno liberal como el de Australia se siente facultado para rociar con gas pimienta a los niños en la cara por no llevar una máscara que no ha demostrado de forma concluyente que evite la transmisión viral.

Las vacunas no acabarán con estas medidas, especialmente en los países con bajas tasas de vacunación. No pueden, a menos que estos gobiernos admitan sus errores masivos. Su impulso a las vacunas de refuerzo hace que esto sea poco probable.