El supremacismo blanco (reflexión)
Lucien Cerise.- El supremacismo racial en general es la doctrina que afirma la existencia de una jerarquía entre las razas y la superioridad de unas razas sobre otras. Su expresión mejor documentada es el supremacismo blanco, que ha tenido cuatro intentos históricos de encontrar forma institucional en regímenes políticos: la Confederación del Sur, extendida en el Ku Klux Klan; el apartheid en Sudáfrica; el Tercer Reich; y la Ucrania postsoviética. Cuatro intentos, pero también cuatro fracasos.
Antes de emitir un juicio sobre el supremacismo blanco como tal, este estudio pretende sobre todo responder a la pregunta: “¿Por qué estos fracasos? ¿Son causas internas o externas? ¿Son endógenos o exógenos? ¿Los repetidos fallos se deben a un defecto de diseño o a enemigos demasiado poderosos? Tal vez ambas cosas, ya que el supremacismo blanco puede ser, de hecho, su propio y mejor enemigo.
Es cierto que los “blancos” están amenazados de extinción a medio plazo por la globalización del comercio y la tecnología, pero no son los únicos. Los nacionalismos indígenas de todos los ámbitos pueden y deben unir sus fuerzas para reclamar sus derechos y luchar juntos contra sus enemigos comunes, basándose legalmente en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Los nacionalistas blancos, liberados por fin de la tentación del supremacismo, y sus homólogos -nacionalistas árabes, nacionalistas africanos, etc.- tienen trabajo que hacer, porque la tarea no es fácil. – La tarea que tenemos por delante es inmensa. Determinará si la especie humana sobrevivirá o no a la biopolítica globalista y al Gran Reajuste, es decir, a la Gran Sustitución por la inteligencia artificial, la robotización y las quimeras genéticas humano-animales.