Dicen que el arte es invaluable porque es subjetivo, cuestión de gustos, básicamente. Bajo esa premisa se han vendido algunas obras por grandes cantidades de dinero que, para muchos, ni es arte, ni las valen.

Pero lo cierto es que mientras haya alguien dispuesto a pagar un precio, por disparatado que sea este, esa obra pasa a adquirir un valor monteario que, en realidad, es muy difícil de cuantificar.

Sin embargo, el caso ocurrido en una reciente subasta en Italia va mucho más allá de esto, rozando los límites de lo absurdo.

Si para muchos el mundo del arte digital NFT ya puede llegar a sobrepasar los márgenes de la lógica, pagando por una obra digital no física y que, a pesar de estar certificada, se puede replicar infinitas veces, el caso ocurrido en la casa de subastas Art-Rite de Milán va mucho más allá.

Allí se vendió por 15.000 euros, cifra superior al precio de salida, la obra ‘Io sono’ (Yo soy) del artista Salvatore Grau, un pieza de 150×150 centímetros con una curiosa particularidad: es invisible.

Llegados a este punto, muchos se podrían preguntar cómo es esto posible y, además, como puede medir metro y medio de largo y ancho algo que no existe. Pues bueno, al menos eso es lo que ha defendido su creador en una entrevista realizada con la propia casa de de subastas.

¿Genio incomprendido?

Según lo que comenta en dicha entrevista el creador, que defiende su obra meramente conceptual y su significado, “el vacío no es más que un espacio lleno de energía, incluso si lo vaciamos, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, según el cuál la nada tiene un peso”, afirmó.

Ahora, su venta se ha hecho viral, provocando una multitud de reacciones dispares en redes sociales que van desde quienes le consideran un genio, hasta los que lo tachan de estafador.

Eso sí, la venta ha ido acompañada de su correspondiente certificado de autenticidad y garantía, evitando así cualquier tipo de plagio, por irrisorio que pueda llegar a parecer. Por otro lado, resulta ciertamente irónico que este documento sea la única parte material y tangible de la obra.

Por el momento se desconoce la identidad del comprador, que no ha trascendido, del mismo modo que tampoco se conocen los motivos que lo han llevado a pagar 15.000 euros, un precio superior al de salida, por esta metáfora ‘hecha’ obra. Además, se desconoce si el comprador ha tenido que correr también con el precio de los portes de la pieza.

Salvatore Garau, que cuenta con obras muy diversas, ha tratado de defender el arte conceptual a través de esta ‘pieza’, que no ha sido la única invisible dentro de sus creaciones.

Arte conceptual

Con estas obras, los artistas tratan de dar prioridad al concepto y al significado por encima del objeto en sí, algo que Garau, sin duda, ha llevado hasta el extremo.

A pesar de esto, no es la primera pieza de Garau invisible, ya que a mediados de mayo ya exhibió en la Plaza de la Scala de Milán su obra “Buddha in contemplazione”, compartida en su cuenta de Instagram.

En la imagen se puede ver un espacio compuesto por un cuadrado delimitado en el suelo, pero lógicamente, nada más.

Ahora, y según lo que el propio artista ha confirmado a la casa de subastas, piensa seguir creando piezas similares, como la que recientemente presentó en Nueva York, titulada ‘Afrodita Piange’.

Tras esta, llegarán otras cuatro más, haciendo un total de siete, con las que trata de demostrar que el arte va más allá de la pieza y hasta del propio artista, debiéndose únicamente a su significado y a lo que se quiere transmitir con él.

La idea es la de realizar piezas alrededor de varias ciudades de todo el mundo, puesto que la controversia que generan dota al arte conceptual de un nuevo tinte para el artista, definiéndolo como algo “revolucionario”, a pesar de que para muchos no resulte nada atractivo.