Enfermedad de Lyme: síntomas y tratamiento
La enfermedad de Lyme está provocada por cuatro bacterias principales: la borrelia burgdorferi, la borrelia mayonii, la borrelia afzelii y la borrelia garinii. Las dos primeras causan la mayor parte de casos en América, mientras que las dos segundas son predominantes en Asia y Europa.
La enfermedad de Lyme
El tratamiento de Lyme o enfermedad de Lyme pasa por un adecuado diagnóstico. Se sabe que la transmiten las garrapatas, insectos muy comunes en todas las regiones del planeta.
Añadir que existen más posibilidades de contraer la enfermedad de Lyme en zonas boscosas o cubiertas de hierba, pues allí las garrapatas desarrollan mayor actividad y se reproducen en libertad.
Los síntomas
Entre los síntomas que denotan que se puede estar sufriendo la enfermedad de Lyme, destacan los tempranos y los posteriores. Veamos cuáles son según informa la prestigiosa Clínica Mayo.
Síntomas tempranos
A la hora de hacer un diagnóstico acertado, el médico buscará los siguientes síntomas, pues son los que suelen aparecer un mes después del periodo de la infección:
1. Salpullido: es una erupción en la piel que aparece tras la picadura de la garrapata infectada. Se observa como un área roja en expansión a veces despejada en su centro. Este eritema migratorio puede extenderse hasta un máximo de 30 centímetros de ancho. Sin embargo, aunque esté caliente al tacto, no provoca dolor o picazón. Este salpullido puede aparecer en otras partes del cuerpo, pero no es común.
2. Otros: otros síntomas significativos que acompañan a la erupción son la fiebre, la fatiga y los dolores corporales, los escalofríos, la rigidez de cuello, la inflamación de los ganglios linfáticos y el dolor de cabeza.
Síntomas posteriores
Conocidos los primeros síntomas una vez hemos contraído la enfermedad de Lyme, veamos cuáles son los posteriores, ya que, pasadas unas semanas, incluso meses, pueden aparecer otros:
1. Eritema migratorio: como hemos comentado, el eritema puede aparecer en otras partes del cuerpo incluso pasados meses.
2. Dolor articular: es probable e intenso, sobre todo en zonas articulares como las rodillas.
3. Problemas neurológicos: incluso pasados años tras la infección, podrían inflamarse las membranas que protegen las meninges del cerebro, provocando parálisis de Bell, debilidad de las extremidades, entumecimiento corporal o movimiento corporal afectado.
El diagnóstico
La enfermedad de Lyme permite ser diagnosticada gracias a sus múltiples síntomas.
Existen otras afecciones mucho más difíciles de detectar. No obstante, al tener origen en las garrapatas, también se podría confundir con otros problemas de salud, pues no es solo esta la que transmiten estos insectos.
El salpullido ya nombrado es el rasgo más característico. En una consulta en la que se estudien antecedentes médicos, se sabrá si el paciente ha estado en espacios abiertos, húmedos y cálidos. Todo ello será significativo.
Además, también se añaden análisis de laboratorio para identificar anticuerpos que luchan contra la bacteria y que ayudan a confirmar o no el diagnóstico. Para ello, se hacen principalmente dos tipos de pruebas:
· ELISA: es el llamado Ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas. Es la prueba más común, ya que permite detectar los anticuerpos desarrollados por el organismo humano para luchar contra la borrelia burgdorferi. No obstante, puede arrojar resultados de falso positivo, o bien que no sea positiva durante la etapa inicial. Por fortuna, si existen otros síntomas como el salpullido y antecedentes de estancia en zonas infestadas, el médico podrá hacer un diagnóstico correcto.
· Inmunotransferencia: si la prueba ELISA arroja un resultado correcto, se confirma en diagnóstico con esta segunda posibilidad.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad de Lyme se compone básicamente de antibióticos, lo que acelera la recuperación del paciente:
· Antibióticos orales: componen una parte importante del tratamiento estándar en estadios tempranos. Es habitual que incluyan la doxiciclina en adultos y niños de más de 8 años y la amoxicilina o cefuroxima para niños pequeños, mujeres embarazadas o que dan pecho o adultos con otros problemas de salud. Se suelen tomar por periodos de 14 a 21 días.
· Antibióticos por vía intravenosa: cuando la enfermedad ha afectado al sistema nervioso central, es común que el profesional recomiende un tratamiento en base a antibióticos por vía intravenosa que durará entre 14 y 28 días. Es el tiempo mínimo para que sea eficaz y elimine la infección por completo. No obstante, en estos casos, podría ser que el periodo de recuperación sea más extenso.
Es importante reseñar antes de despedir que en el caso de que se tengan que administrar antibióticos por vía intravenosa, se pueden presentar efectos secundarios variados. Podría provocar una disminución de glóbulos blancos, acompañados de diarrea grave o leve, o bien la infección de otros organismos que resisten al antibiótico y que no se relacionan con la enfermedad de Lyme.
Añadir como conclusión que, acabado el tratamiento para la enfermedad de Lyme, algunas personas pueden presentar ciertos síntomas como fatiga o dolor muscular.
Todavía no se conocen las causas. Podría ser provocado por una respuesta autoinmunitaria desarrollada en ciertos individuos propensos a ello, pero todavía hay que investigar más este tipo de casos.