MD.- Hugo Chávez y Nicolás Maduro siempre reconocieron a Diego Armando Maradona como un amigo “revolucionario”. Sus tatuajes del Ché Guevara y de Fidel Castro les venían como anillo al dedo para justificar la retórica socialista del exjugador de fútbol. Pero en realidad Maradona sobreactuaba su lealtad al régimen y hasta llegó a decir que se vestiría de soldado para defender al chavismo en Venezuela de una eventual invasión comandada por los Estados Unidos.

Ya no quedan dudas. La causa judicial que investiga la muerte y la herencia del excampeón del mundo de 1986 confirmó que más que ideología política, lo que había detrás de la lealtad al régimen era dinero. Mejor dicho, lingotes de oro puro saqueados al pueblo venezolano.

Aunque Diego Maradona tenía “blanqueados” contratos millonarios firmados con TeleSur para sus programas especiales, donde el fútbol se mezclaba con política siempre con la perspectiva “de zurda”, como se llamó uno de sus shows, lo cierto es que esto era solamente una porción de los beneficios económicos. En uno de los audios que aparecieron en las últimas horas, se escucha a su abogado, Matías Morla, que le asegura al “10” que su oro estaba listo para cobrar, si volvía a Venezuela para hacer una de sus presencias.

“Ahí están haciendo unos pagos en oro porque tienen todas las cuentas bloqueadas, pero bueno, si Dios quiere vamos solucionando los contratos para que siga todo igual”, señaló el abogado de Maradona. En otro audio, Morla agregó: “Está muy complicado el tema del bloqueo y van a pagar con oro, después en persona te cuento cómo es el tema”.

Lo cierto es que Maradona, además del apoyo político al régimen, también operaba como lobista de una empresa italiana, a la que el régimen le debía dinero. La compañía se llama Casillo, y ya tenía vinculaciones con Maradona desde su estadía en Dubái. Solamente de esta firma, el exjugador recientemente fallecido recibía 300.000 dólares mensuales. Su trabajo era el de “abrir mercados” en países en los que Diego pueda tener entrada como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

La deuda del régimen con Casillo, que se dedica a la producción agropecuaria, superaba los 73 millones de dólares.

Detrás del discurso socialista de Maradona, el tatuado con el Ché y Fidel, lo que hacía realmente era cobrar en oro del régimen venezolano para ofrecer su apoyo, mientras percibía una fortuna en dólares de una empresa, que le pagaba para convencer a Maduro que pague sus deudas.