Vox Málaga, doble cara y una misma falsa moneda: La dignidad en Villanueva de Algaidas y la infamia en Marbella
AR.- Con ostentosa publicidad, los cabecillas de Vox Málaga lanzan a diario sus lanzas envenenadas contra los militantes del partido. Con la misma publicidad, por lo menos, ha de ser lícito dar a todos la señal de alarma. Descontado lo que hay de bravata inicua en algunos pelotas con querencia al Black Label, sería insensato quien quisiera ignorar el peligro que la insensata Patricia Rueda representa para el partido.
Ayer sábado, en Villanueva de Algaidas, símbolo de la Andalucía más arcaica y profunda, un heroico sexagenario tuvo el arrojo de representar la dignidad de muchos militantes honrados de Vox Málaga en territorio comanche. Lo dejaron sólo. Más solo que a Gary Cooper en Hadleyville. Solo ante el peligro de una población mayoritariamente refractaria a cualquier cosa que simbolice las cosas que un hombre de bien tiene siempre que defender.
A la misma hora, a 84 kilómetros, Rubén Mansito y Antonio Sevilla presidían la mesa informativa instalada en una de las zonas más exclusivas de Marbella. Junto a ellos, el grupo habitual de trepas y pelotas, no todos, pero casi. Mansito y Sevilla deberían haber estado en Villanueva de Algaidas, pero decidieron que no. Ellos no están para privaciones, a ellos les puede más la jacaranda y el boato marbellero, aunque sea a costa de exponerse al ludibrio y al desprecio que hoy expresan hacia ellos muchos militantes.
Pocas imágenes podrían aclarar tanto la corrosión moral de este Vox Málaga a imagen y semejanza de “Barbie” y de su indigno escudero. En Vox Málaga, la estafa ideológica se enseñorea con la impostura moral de sus dirigentes. Vox Málaga es ya una viña sin amo, donde el brillo de apariencia dorada se cotiza más que las manos encallecidas de su gente más valiosa.
En la de Villanueva de Algaidas reconocemos la foto de la dignidad, la imagen del compromiso ético con el partido, el ejemplo que debería germinar la semilla de la regeneración patriótica frente al terreno yermo de la capataz Patricia Rueda. Al heroico militante que, en medio de un territorio políticamente colapsado por la izquierda más radical, izó la bandera de su orgullosa militancia, nuestra más rendida admiración. Su ejemplo nos conmueve y debería ser el mejor vitalizador de un partido enclaustrado entre la soberbia ambición de Patricia Rueda y la escasez de ideas de Antonio Sevilla. A la misma hora que nuestro heroico militante representaba la lealtad y el compromiso ideológico como linimento para la musculatura de Vox, los pellas de Marbella ejemplificaban el reblandecimiento de la encarnadura del partido.
De una cosa al menos podemos estar seguros: de haberse hallado José Enrique Lara al frente de Vox Málaga, nuestro particular Will Kane (Gary Cooper) no habría estado solo.
Nuestro héroe de Villanueva de Algaidas representa la mejor tradición española que Vox decía defender hace ya demasiado tiempo: la que sublimó el concepto del honor en Santa Gadea; la que venció al islam en Navas de Tolosa; la que alcanzó a recuperar las llaves de España en Santa Fe de Granada; la que humilló al holandés en Breda; la que hizo morder el polvo al emperador azteca en Tlatelolco; la que se impuso al turco en los mares de Lepanto; la que se conjuró contra el tirano en Fuenteovejuna; la que sepultó el orgullo francés en Arapiles; la que detuvo el avance del comunismo en el Ebro. He aquí un español de verdad, uno de esos malagueños que altezan sin corona. Los que ayer sucumbieron al conjuro posturero de la Marbella más fútil y folclórica, representaban en cambio lo contrario. Ni todo el lujo de la Milla de Oro sería suficiente para tapar la impostura ideológica de esta tropa a las órdenes de Barbie. Lamentamos que Rubén Manso haya cedido su dignidad a quienes hace tiempo que perdieron la suya.
Nunca la imagen de Vox Málaga había alcanzado techo tan alto como ayer en Villanueva de Algaidas. Nunca Vox Málaga había tocado fondo tan profundo como el que excavó ayer en Marbella la impúdica codicia de unos pocos.
Vean, comparen y vomiten. Salvo que también los militantes de Vox Málaga hayan perdido el decoro, la dignidad y la vergüenza.
Ejemplo de que uno vale como todos los demás. Sobra todo vox y su grupo parlamentario, menos Abascal y un par de legionarios. Sobra toda la bancada sociata menos su principesco soberano Sanchez y una cuadrilla de obreros extremistas, sobra todo el rebuche pepiano amargo, menos el que pongan de lider y un liquidador para despedir a todos sus empleados, sobran, parlamentos, politicos, asesores, cargos, ministerios, y oficinas a miles.Esto año tras año, 24 por 365. Una broma macabra es esta marca en la frontera entre la africa por venir y la France por morir.
La gestora está tocada y hundida. Yo creo que el comité ejecutivo Nacional va a destituir a estos incompetentes