Antonio Sevilla puede dormir tranquilo
(Dedicado a Rafael Hinojosa, el mayor gentuza de Vox Málaga) Me encanta el optimismo antropológico de Antonio Sevilla. El nuevo presidente de Vox en Málaga dijo ayer que todos los afiliados reman actualmente en la misma dirección. O este hombre no conoce lo que tiene dentro o vive a lomos de una candidez enternecedora.
Vox Málaga es actualmente un vivero de ambiciones y deslealtades como nunca antes he visto en ningún otro partido político. Algunos de los que participaron en las elecciones internas disfrazados de críticos, no dudarían en vender su alma al diablo con tal de sacar tajada y tener el control de las mamandurrias. Ya que Antonio Sevilla, de natural tranquilo y pacífico, no promoverá ninguna “Noche de los cuchillos rojos” (sea dicha en término metafórico), deberemos ser nosotros los encargados de descubrir a los Röhm de nuevo cuño en plena jodienda.
Los amancebados, si pudieran, destrozarían a Antonio Sevilla con la rapidez que lo haría una víbora frente a una presa menor. La suerte que tiene Sevilla es tenernos a nosotros cubriéndole las espaldas. Sin este apoyo, las espurias expectativas de un puñado de desaprensivos se verían plenamente colmadas.
Cualquier afán de asalto al poder por vías no regladas contarán con mi frontal oposición. A Sevilla le pedimos sin embargo mayor tino en los nombramientos y que, frente a los del ruido de sables, actúe con la determinación y el coraje de un verdadero líder. Un liderazgo político no debe parecerse a la leche esterilizada: que de tan pura que es no tiene microbios, pero tampoco vitaminas.
Del torremolinense depende que el transitar de Vox por la política malagueña transcurra sin más sobresaltos que los habituales en política. Le aconsejo que se empape de todos los ambientes que existen dentro de su partido para la adopción de las medidas que requiere y exige la volubilidad moral de los iscariotes que Vox Málaga tiene dentro.