“Las Grecas” de Vox
¿Cómo es posible que hayamos llegado a esto? ¿A contemplar en Vox Málaga este espectáculo de inepcia, de falta de principios y de escrúpulos, de ocultar información a los militantes, de desprecio a los amigos? ¿Cómo no nos dimos cuenta antes de la naturaleza engañosa de su líder, si es que a eso se le puede llamar un líder, que no hace más que incumplir sus promesas y decir memez tras memez con su voz de letanía?
Menos mal que nos quedan estas dos simpáticas pizpiretas, Fuensanta y Nanda, Nanda y Fuensanta, “Las Grecas”. Con el debido respeto a ambas. En modo petenera alegraron la pitanza del domingo. Una es muy beata, lo que nos reconforta mucho, y la otra es echadora de cartas, lo que nos reconforta menos. Seguimos sin entender qué pinta la Nanda de número dos del partido. ¿Un señuelo? ¿Un reclamo? ¿Un cimbel de mala factura para despistar?
No se me alcanza el objeto de su presencia estaférmica, o totemica, porque ni siquiera juega al Tetrix como la caradura aquella que tanto satisfacía a Aznar –de soltero Geraldine Chaplin- la chula de Málaga –que no de Pontevedra- que se jubiló de gloria, tras arrastrar al PP por el lodo, como se hiciera al Chapalangarra, sino que tan solo permanece incólume. Voilà.
Respecto a la otra, esa figura señera y quintaesencial de la quiromancia, al menos siempre dispondrá del recurso de valer sus poderes para llevar a Abascal a la Casa Blanca y al ex coronel a la Casona del Parque (sede del Ayuntamiento de Málaga), como si nada, mientras continúa el espectáculo, el torrentianismo con uniforme legionario, la derechita brava, el “viva España” escobariano, la mamandurria, el chiringuito, la ingratitud, el jubileo y la madre que los parió.