Que España es un Estado fallido se pone de manifiesto en los innumerables ejemplos que ponen de manifiesto la corrupción estructural de sus instituciones. La cadena Cope ha revelado los importantes privilegios que los presos del procès disfrutan durante su estancia en las cárceles catalanas en las que la mayoría entraron hace más de dos años. Barra libre de visitas tanto institucionales como de familiares y amigos y un régimen de vida que en nada se parece al que llevan internos que como ellos están clasificados en segundo grado.

Los llamados presos del procès disfrutan de importantes prebendas en las tres cárceles catalanes en las que están: la de Lledoners (Barcelona), Puig de las Basses (Gerona) y Mas de Enric (Tarragona). Entre ellas el trato preferente en cuanto a las comunicaciones o las visitas que reciben. Entre otras cosas utilizan la vía de las ‘visitas institucionales o de autoridades’ para tener más encuentros que cualquier otro interno. Algún caso, contábamos entonces, alguno de ellos había recibido hasta 20 en un único día.

Como fuentes penitenciarias cuentan al citado medio, tres y meses y medio después esos privilegios no solo continúan sino que han ido a más. Prosiguen la multitud de visitas. Alguno de los encarcelados ha llegado a tener 50 ó 60 en una semana. Además estas mismas fuentes nos confirman que Oriol Junqueras tiene despacho en la cárcel de Lledoners, situado al lado de psiquiatría. Un despacho, algo que puede facilitar sus comunicaciones con el exterior. Una estancia que de cara a la galería se disfraza de trabajos de ayuda, para poner orden en papeleo.

Otro detalle: Junqueras deambula por la prisión con total libertad, sin la compañía de ningún funcionario de prisiones. Es cierto que algunos internos que ahora mismo están en las cárceles españolas tienen ese privilegio -aquellos de confianza, con buen comportamiento- pero al ex vicepresidente de la Generalitat este plus se le concedió desde el primer momento.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen mucho interés en conocer qué pasa exactamente dentro de estas cárceles, los movimientos y contactos de Junqueras o los Jordis. Conocer información de la vida de ellos entre rejas es cada vez más complicado porque los encarcelados se rodean de funcionarios de marcado perfil independentista. Afines a la causa separatista que blindan su día a día.

El propio personal de prisiones confiesa que está sorprendido porque la Generalitat de Cataluña no haya utilizado todas las armas que tienen para que los presos salgan al exterior. Creen que una vez que han sido clasificados en segundo grado podrían haber utilizado el artículo 100.2 con total discrecionalidad.

Este artículo del reglamento penitenciario contempla que los presos puedan salir de prisión varias horas al día si logran un trabajo fuera -algo muy fácil para ellos- o para el cuidado de familiares. El hecho de que no hayan tirado de él nos cuentan que ha provocado una factura interna entre algunos presos del procès y sus defensas porque hay quienes quieren utilizarlo ya.