España ante su catarsis turística: cuestión de Estado y oportunidad (II)
En la anterior parte se hacía una reflexión explorando la crisis actual en España con el turismo desde varios ángulos. Por una parte analizando de forma general esta crisis, y las reacciones actuales de medios de comunicación y otros expertos y demostrando como no se está profundizando en el tema; por otra parte, analizando como caso concreto la crisis y la turismo fobia de Barcelona, que pareciera que fue un aperitivo social y político a la reacción antiespañola que estaba por venir; finalmente, como consecuencia a todo esto, y repasando las componentes generales de la sostenibilidad y de la economía, se hacía una paralelismo entre la economía y la sostenibilidad, hablando así de “sostenibilidad económica” para poder crear productos, proyectos o gestionar destinos turísticos con ciertas garantías de éxito. En esta última parte de este análisis, se viene de forma positiva y con esperanza a proponer ideas que ya fueron en las anteriores partes esbozadas, sobre la intervención del estado en la política turística y por otro lado, en la oportunidad económica que esta crisis significa para rediseñar el modelo turístico español.
LA CUESTIÓN DE ESTADO
Aunque con los recortes de la crisis económica ya se intentó intervenir en el turismo por parte del estado en 2013, al dejar las transferencias totales de promoción y gestión a los municipios, lo cierto es que solo quedó en eso: en un intento. Los motivos de que esta iniciativa fracasara fueron varios: carga económica extra para los ayuntamientos, falta de financiación para esos trabajos de promoción y sobre todo, desconocimiento absoluto de cómo poner a trabajar a técnicos que hagan ese trabajo con garantías. De hecho este fue uno de los principales frenos para la iniciativa, ya que el primer obstáculo a salvar era “generar más gastos con la promoción cuando en ingresos los ayuntamientos solo ingresan liquidez con el IRPF y el IVA”. Con esta situación los ayuntamientos se emplazaban en una “guerra” local por ser “el pueblo mejor promocionado” sin financiación y sin técnicos. ¿Es posible imaginarse esta guerra a escala de un 10% del total de 8.116 municipios en España? Un desastre. Sin racionalizar la promoción por destinos competitivos estos es imposible.
Por tanto tiene España una cuestión de estado, urgente para gestionar correctamente y con mejor modelo esta gran economía española, porque sin duda alguna esta iniciativa puede ser buena si se hace bien.
VENTAJAS DE COMPTENCIAS TURÍSTICAS MUNICIPALES
Conseguir una imagen física de los municipios, acorde con su promoción pero también acorde con los servicios prestados y su identidad.
Podrían aparecer pequeñas redes de municipios “destino”; alianzas estratégicas territoriales nuevas, en especial, para municipios poco posicionados y/o desconocidos.
Aparición de nuevas ofertas, bajo el paraguas del emprendimiento y la atracción de inversiones, que para en el caso del turismo rural, es especialmente interesante para luchar contra el raralicidio e integrar a la población local en la cadena productiva.
Aparición de un efecto imitador: municipios que mejoran su promoción y municipios que redescubren su patrimonio para convertirse en municipios “destino”.
Municipios que inviertan en conocimiento e inteligencia turística para tener soberanía, poder redefinir sus productos y posicionarse en el mercado con mayor intensidad en destino[1]
En las tres anteriores partes de este análisis, se hacían varias reflexiones explorando la crisis actual del turismo en España, desde varios ángulos. Por una parte analizando de forma general esta crisis, y las reacciones actuales de medios de comunicación y otros expertos, demostrando como no se está profundizando en el tema; por otra parte, analizando como caso concreto la crisis y la turismofobia de Barcelona, que pareciera que fue un aperitivo social y político, a la reacción antiespañola que estaba por venir; finalmente, como consecuencia a todo esto, y repasando los componentes generales de la sostenibilidad y de la economía, se hacía un paralelismo entre la economía y la sostenibilidad, hablando así de “sostenibilidad económica”, para poder crear productos, proyectos o gestionar destinos turísticos con ciertas garantías de éxito.
En esta última parte se termina de forma positiva y con esperanza, proponiendo ideas que ya fueron en las anteriores partes esbozadas, sobre la intervención del estado en la política turística y por otro lado, en la oportunidad económica que esta crisis significa, para rediseñar el modelo turístico español y poder invertir en proyectos turísticos viables. En definitiva, se trata de que los conceptos de la oferta y la demanda sean más amplios y mejor conocidos, que los municipios renueven su imagen estética, que modernicen e innoven en su promoción online y que tomen medidas o aprueben políticas, orientadas hacia la calidad de los servicios, que deben producir sinergias con la comunicación y promoción realizada y sin duda, de forma indirecta, mejorar las condiciones de vida de los residentes.
LA OPORTUNIDAD
Aunque se ha hecho un breve repaso por ideas relacionadas con las competencias municipales, ya que de ello dependen en parte en su estructura administrativa y a su vez, de las políticas autonómicas que tienen las competencias, existe aún una gran oportunidad en España tanto de crecimiento sostenible, como de organizar ese nuevo modelo tan pronunciado.
España dispone de un total de 15 parques nacionales que sitúan nuestro país, entre los más importantes de Europa, y no solo por el número. La diversidad de nuestros ecosistemas, y, por lo tanto de los modos de vida desarrollados en torno a ellos, sitúa a España en la 2ª potencia mundial en biodiversidad solo superada por EEUU. La distribución de los parques nacionales en España es uniforme y permite una estrategia global de turismo de interior, que permitiría con mucho, el empleo directo cualificado y profesionalizado, especialmente de jóvenes y mujeres. Pero para ello, es necesario una verdadera política turística, que permita quitar los miedos de antaño al “apestado del turismo” y ponga el “cascabel al gato” de la conservación moderna, autosuficiente, proactiva, rentable y sostenible. Algo parecido ocurre aunque en menor medida, en las 15 ciudades patrimonio de la humanidad, que lejos de ser un problema, se convierten en una oportunidad apasionante.
PROPUESTAS DE INVERSION. 15+15= 30
Se da la circunstancia de que en España tenemos nada más y nada menos que 4 parques nacionales que a su vez son patrimonio de la humanidad, y que de esa forma, están avalados por la UNESCO. Esos espacios naturales deberían tener una especial mención y sinergia con las ciudades patrimonio de la humanidad, como receptores de turismo extranjero e interno y catalizadores de turistas culturales. En esos lugares existe la oportunidad de inversión rentable con proyectos muy relacionados con la sostenibilidad y de forma general con el crecimiento del turismo español. Pero todo esto debe hacerse con conocimiento y ciencia, para poder crear empleo, riqueza y prosperidad, al mismo tiempo que se gestionan productos y destinos con una filosofía conservacionista, y, nunca más, proteccionista.
SINERGIAS ENTRE ESPACIOS PROTEGIDOS: PARQUES NACIONALES Y CIUDADES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
1. Son protegidos por poseer un patrimonio frágil e inimitable que debe ser conservado.
2. Esa misma razón los hace únicos en todo el mundo.
3. En torno a ellos se dan unas políticas diferentes que deben ser proactivas y no pasivas; nunca proteccionistas, que estrangulen el desarrollo socioeconómico.
4. Desarrollo socioeconómico y conservación, pueden mejorar paralelamente apareciendo así la sostenibilidad.
MENSAJE FINAL
Los antiguos modelos que han permitido llegar hasta la situación de esta crisis turística no pueden seguir por más tiempo. Se puede entender el número 30 como un símbolo, para poder crear ese empleo tan necesitado, que colabora en la conservación del patrimonio, crea tendencias sociales relacionadas con nuestra identidad única e inimitable y sienta las bases de lo que debe ser un futuro diferente del que nos están diseñando.
[1] Intensidad en destino turístico siempre debe ser igual a mayor índice de ratios según los indicadores planificados de accesibilidad a los recursos, calidad y número total de actividades.