Ex general Chicharrito, aunque me aludes, no te atreves a mencionar mi nombre. Lo del valor, en tu caso, permiteme que lo deje en barbecho. Pretendes insultarme y sacas al ensoberbecido funcionario uniformado que llevas dentro. El ensoberbecimiento de los militares españoles ha sido siempre proverbial. Los asesores alemanes que le ganaron a Franco la guerra del 36 ya se sorprendían de la soberbia de los altos mandos militares españoles, inversamente proporcional a su eficacia y su competencia profesionales. Tú, ex general Chicharrito, que has permanecido callado durante tus años de ejercicio militar activo, que estuviste a las órdenes de quien refrendó las normas que transformaron la piel moral de este país, sin que al caso supiéramos de alguna reconvención tuya al jefe del Estado. Tú, que recuperaste el instinto supuestamente patriótico acabado tu periodo activo. Tú, cuyo paso por el Ejército no nos ha dejado nada reseñable o que pueda servirnos de ejemplo. Tú, que has puesto a la otrora honorable Fundación Franco en la órbita de Vox, junto al tal Jaime Alonso. Tú me has aludido con malas artes y la peor baba posible. Y te has equivocado.

No tengo que justificarme ante tí. Tras 30 años de activismo periodístico militante, defendiendo las cosas que tú no atreviste a defender cuando lucías los galones, no entraré en la confrontación sobre mis méritos o deméritos profesionales. Eso tendrá que hacerlo gente más juiciosa que tú y que yo. Has obrado con mucha torpeza al identificar a la FFNN con Vox, rompiendo así su necesaria transversalidad. El día que exhumen a Franco te darás cuenta de vuestra infinita torpeza. Seremos muchos los que ese día, cuando sea reclamada nuestra ayuda, os mandaremos a que os den por donde amargan los pepinos. Y a ti el primero.

Felizmente me hice de derecha antes de conocer a esa derechona huera y balandrona que muchos representáis. Nunca os he aguantado y nunca me identifiqué con esos perfiles torrentianos que recrean vuestro universo patriotero. Has llamado traidor, nada menos que traidor, al que filtró el video de los dos negros homosexuales pidiendo el voto para Vox. Sabes como yo que la contemplación de ese video execra cualquier conciencia cabal y recta, pero aún así no lo repruebas, sino que cargas contra quienes nos han dado la oportunidad de conocerlo y difundirlo. Tu relativismo moral es tan hediondo como el de la izquierda. Siempre me asombró la facilidad con la que llamáis traidores a otros. Si  pudieses observarte en el espejo de una conciencia ajustadamente patriota, entonces dejarías que otros mejores que tu tirasen la primera piedra. Para traidores, lo que se dice traidores, los que se mantuvieron en la equidistancia durante los azarosos años de la democracia, sirviendo lacayunamente a sus protagonistas. Y entre esos pesebreros no estaba yo. Más bien fui una de sus víctimas.

Por lo demás, tus desproporcionados elogios a Ortega Smith los excuso al ser guiados por la subjetividad del parentezco.

Espero, Chicharrito, que no me des ocasión de dedicarte nuevas líneas en el futuro, porque entonces no seré tan comedido ni mesurado.

Me despido de ti, con todo mi desprecio.

Pd: Por cierto, para Judas traidores, los que orlan vuestro mundo de fanfarria y mentiras. Ni una más, botarate.