Millo se atrinchera en la presidencia del PP de Girona para no quedar en el olvido
Jordi Ferrer García.- Después de su breve paso como Delegado del Gobierno en Cataluña, tras prosperar la moción de censura del PSOE, Enric Millo, se quedó sin trabajo.
Para Millo estos contratiempos nunca le han cogido desprevenido, siempre ha sabido anticiparse a todo. A medida que iba escalando posiciones dentro del partido y se le abrían las puertas, se aseguraba de tener las llaves de la que cerraba detrás suyo, por si tuviera que volver como un hijo que vuelve a casa de sus padres después de los 40.
Una vez cesado el gobierno del Partido Popular, Millo, como presidente del PP de Girona en funciones, convocó una junta directiva en la provincia para informar de los últimos acontecimientos y preparar las próximas elecciones municipales de 2019.
En la junta directiva, aparte de los propios miembros de la misma, asistieron militantes del partido y el Secretario General del Partido Popular de Cataluña, Santi Rodríguez.
Tras poner al corriente de los últimos acontecimientos, la postura de Millo fue clara, utilizó sus galones de presidente -pero en funciones- y dejó claro que él seguía al frente, que ahora ya se podía dedicar a las tareas de la presidencia y que su principal objetivo era volver a recuperar las concejalías que perdieron en las elecciones municipales de 2015.
Tras las intervenciones de los diferentes asistentes, hubo momentos de tensión cuando los llamados “Millistas” interrumpían enérgicamente y en reiteradas ocasiones, a los que recordaron a Millo que, un año atrás, cuando se celebró el congreso provincial del PP de Girona para escoger nuevo presidente, debían haber dejado que el único candidato, Sergio Santamaria Santigosa, cuya candidatura reunía todos los requisitos, hubiera seguido adelante, ya que Millo no podría compaginar ambos cargos. Pero aún así, el PP de Cataluña, bloqueó la candidatura y ahora, los que vayan a ir de cabezas de lista para las elecciones municipales de 2019, pagarían las consecuencias de la inacción, inmovilismo y falta de autocrítica del partido.
Antes de finalizar la reunión, se produjo otro revuelo cuando Santi Rodríguez y Enric Millo, informaron de cómo sería el proceso participativo para escoger al nuevo presidente del Partido Popular que se iba a celebrar en breve. Dejaron bien claro que en caso de superar el número de plazas de compromisarios para poder ir a Madrid y votar, se celebraría unas elecciones para escoger a los compromisarios. La indignación, vino cuando informaron de que en el breve tiempo que duraría la campaña de los candidatos a compromisarios para poder recopilar el máximo de votos posibles, éstos no tendrían acceso al censo de los afiliados por el tema de la protección de datos. De esta forma, era casi imposible para el candidato a compromisario y que no fuera afín a la cúpula del PP de Girona, conseguir el apoyo necesario.
Durante el proceso de inscripción para poder participar, se produjo a nivel nacional todo tipo de presuntas irregularidades y Girona no fue una excepción.
Una vez cerrado el plazo de inscripción, se publicó la cifra de participación. En la provincia de Girona solamente pudieron inscribirse 107 afiliados.
Por ridícula que fuera el número de participantes, lo interesante es que un 40% de ésa cifra, también se presentaron como compromisarios y por tanto al superar el número máximo de plazas permitidas, tenía que celebrase unas elecciones entre los compromisarios.
La otra anécdota de la participación en Girona, fue ver quien se presentó por cada comarca de la provincia. Habían algunos regidores, familiares de éstos, una persona que trabaja para la sede e incluso Mar Llambí, presidenta de NNGG del PP de Girona, que a pesar de llevar más de un año viviendo y trabajando en Alemania, también acabó inscrita en el proceso.
Mientras todo esto transcurría, Millo comenzó su gira por las televisiones y radios para decir abiertamente que daba su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría.
Una vez terminadas las votaciones en primera vuelta, casualidades de la vida, hicieron que todos los compromisarios escogidos por la provincia de Girona, fueran algunos regidores, los familiares de éstos mismos, la persona adscrita a la sede y Mar LLambí, que a pesar de no vivir en España, fue escogida. Casualmente los mismos que ya habían dicho abiertamente que daban su apoyo incondicional a Soraya Sáenz de Santamaría a través de las redes sociales.
Una vez celebrado el congreso y habiendo sido escogido Pablo Casado como claro ganador, de nada les sirvió a Millo y compañía el haber inflado la lista de inscritos a compromisarios con familiares de regidores y personal de la sede para forzar unas elecciones donde solamente serían escogidos los llamados “Sorayistas”. Incluyendo a Mar LLambí, que solamente se desplazó desde Alemania el día de las votaciones.
Llambí, tal vez tenía que devolver el favor a quienes le dieron ése cargo y la siguen manteniendo a pesar de no realizar actividad alguna relacionada con Nuevas Generaciones del PP de Girona por no vivir en España.
En todo este proceso, a Millo se le abrió otra puerta para conseguir un cargo interno en el partido para seguir viviendo de la política, al estar incluido en la lista que, Soraya realizó para la posible nueva ejecutiva pero que finalmente quedó en nada.
Una vez más, Enric Millo, que pretende seguir “Vivo” en política para no quedar en el olvido, solamente le queda la presidencia del PP de Girona. Donde se ha atrincherado y a día de hoy, no tiene intención de convocar elecciones para no ser desterrado y salir por la puerta de atrás del Partido Popular.
Pero este tontorrón, ¿de dónde salió?
FUE CASI TAN INÚTIL COMO LA VICEENANA, VICETODO, Y AHORA VICENADA, la albóndiga con patas, en acertada expresión de don Armando Robles.
Un pobre hombre, y digo hombre por no decir imbécil, que acreditó sobradamente su total y absoluta inutilidad…
Y AL QUE EL PP DEBERÍA DAR UNA PATADA EN EL CULO, EN TODA REGLA.