¿Cómo internet está cambiando la forma de comunicarse entre jóvenes y no tan jóvenes?
Las nuevas tecnologías han revolucionado un sinfín de aspectos de nuestra vida, siendo la manera de relacionarnos uno de los aspectos en que esto resulta más notable.
Sin embargo, las opiniones respecto de ello están muy divididas. Hay quienes se han criado en un entorno tan tecnológico y tan online, por así decirlo, un medio tan 2.0, que apenas son conscientes de esto. Otros lo han asimilado de buen grado en apenas unos pocos años. Existen también quienes se preguntan, no sin cierta razón, si lo que ha ocurrido y está ocurriendo es bueno o malo, e incluso algunos que rechazan por completo estas nuevas formas de comunicarnos.
Sea como fuere, está claro que saber moverse en internet es hoy en día casi indispensable, y a todas luces muy recomendable para una gran cantidad de actividades distintas. Por lo tanto antes de comenzar queremos hacerte una recomendación, y es que si te encuentras en dificultades y deseas aprender a usar internet y navegar por la red puedes recurrir a las guías y tutoriales básicos disponibles en internetpasoapaso.com.
El lado positivo del uso extendido de internet en nuestras comunicaciones diarias
Lo más obvio y que mayor cantidad de horas de uso contabiliza a diario son los servicios de mensajería instantánea, tales como Whatsapp, Telegram, y otros muchos. Nos permiten estar conectados de un modo casi permanente a nuestros amigos y familiares, lo que bien utilizado facilita mantener el contacto cuando unas circunstancias determinadas no lo permitan, por ejemplo en períodos en que hay distancia de por medio o las obligaciones de trabajo y/o estudios limitan el tiempo libre. El hecho de tener vías de comunicación abiertas con carácter muy próximo a permanente facilita también el coordinarse para que sea posible verse en persona o planificar alguna actividad conjunta. Esto demuestra que, bien utilizada, la comunicación por medio de nuevas tecnologías beneficia nuestra comunicación convencional.
Por supuesto no podemos olvidarnos de las redes sociales que nos permiten comunicarnos con miles de personas sin necesidad siquiera de vivir cerca o de conocernos en persona. Más adelante hablaremos de los aspectos negativos, pero por el momento cabe destacar el nuevo mundo que esto nos abre. No solo a estar más unidos con el resto de personas, para sentirnos como más parte del grupo que en última instancia formamos, sino también para informarnos (siempre que preservemos un pensamiento racional y crítico) y, algo tremendamente valioso, conocer otros puntos de vista nacidos de otras experiencias vitales, otras culturas y otras formas de ver la vida. Esto, ciertamente, depende de la actitud con que nos movamos en internet, pero muchos jóvenes que mantienen una conducta responsable y racional reciben un enorme provecho personal e intelectual del hecho de poder comunicarse con tantas otras personas.
El lado negativo de un exceso de uso de la red al relacionarnos
Como ya imaginarás, el problema más evidente es la dependencia. Desarrollar una necesidad malsana de estar unidos a algún dispositivo que nos mantenga conectados a la red, como si necesitáramos de una continua retroalimentación de una especie de mente de colmena tecnológica. Claro está que el límite alarmista que acabamos de mencionar solo se da en los casos más extremos, que no son tan habituales (aunque sí más de lo que deberían), pero lo que sí es frecuente es el desarrollo de algún grado de dependencia malsana. En especial entre los jóvenes, hay muchas personas que empiezan a dar muestras de ansiedad cuando no tienen acceso a su teléfono u otros dispositivos. Cuando se llega a algo así, es el momento en que resulta claro (si no lo fue antes) que nuestra unión con la tecnología ha alcanzado niveles perjudiciales.
También queda claro que hay un problema cuando la comunicación por mensajería instantánea no complementa a la comunicación convencional, sino que le reemplaza en casos en que esto no es necesario, como los grupos de jóvenes que quedan pero se centran en sus teléfonos o las personas que pudiendo reunirse sin complicaciones (como el tiempo y la distancia que mencionamos más arriba) optan por no hacerlo y limitarse a chatear. Un ejemplo muy reconocible al formar parte de la cultura pop es el de Sheldon Cooper y Amy Fawler, personajes de la serie The Big Bang Theory que preferían pasar tiempo juntos a través de las webcam de sus portátiles.
Por último hablaremos de las redes sociales y otros medios de comunicarnos con todo el mundo, cuyos aspectos positivos mencionados en el apartado anterior tienen reversos negativos. Hay quienes por diversos problemas (que no suelen nacer por la tecnología, sino ser anteriores a su uso) las utilizan como un sustituto de las relaciones interpersonales, refugiándose en la red pero evitando contactos profundos con los demás, de manera que en lugar de sentirse más cerca del resto de la humanidad, se sienten cada vez más distanciados. También hemos mencionado la importancia de tener una perspectiva racional, crítica y responsable de lo que vemos, leemos y oímos. Cuando esto no se hace, es posible que el anonimato de internet nos conduzca a comportamientos inadecuados, o que el muy peligroso “efecto turba” nos lleve a unirnos a linchamientos públicos sin saber muy bien qué ha ocurrido, a menudo convencidos de que hacemos lo correcto, además del conocido y temido riesgo de que los usuarios, en especial los más jóvenes, compartan información demasiado personal con desconocidos al sentirse demasiado a salvo en la red.
Hoy en día ya no se liga en los bares y discotecas.
Muchos jóvenes quedan y se conocen virtualmente, y después físicamente, de verdad.
INCLUSO HAY MUCHOS MATRIMONIOS “informáticos”, es decir nacidos de esta forma.
No quiero decir que sea mejor o peor, pero es lo que hay, y al que no le guste, que se j…