¿Qué futuro les espera a nuestros hijos, en esta España en descomposición, con 17 “naciones” distintas, y dónde los empleos se consiguen no por mérito y capacidad, sino por enchufismo, y afiliación a determinados partidos políticos y sindicatos?

Estos días los patriotas españoles, los pocos que quedamos, andamos muy preocupados por el posible desenterramiento del General Franco del Valle de los Caídos, y su traslado a otro lugar, así como la transformación del Valle en un “monumento” a las brigadas internacionales, y al rojerío en general.

Queda la duda de los restos de José Antonio, vilmente asesinado por los antecesores de quienes quieren desenterrarlo, y que de buena gana lo tirarían al mar, para evitar rastro alguno de él, igual que de Franco.

Siendo asuntos importantes, que lo son, no deberíamos olvidar cual es el Norte que debe guiar nuestros pasos, como personas inteligentes que –se supone- somos:

El futuro de nuestros hijos y nietos, es decir, de los vivos, de las nuevas generaciones, y
Luchar con todas nuestras fuerzas contra la desintegración de España, preservando esos 500 años de Historia juntos de todos los españoles.

Un gobierno legal, pero ilegítimo, aliado con los partidos separatistas vascos y catalanes, pro etarras, etc., es decir, lo peor de cada casa, pretende acabar con la unidad e integridad de nuestra Patria.

No debemos ni podemos volver a confiar en el PP, y ello con independencia de quien asuma su liderazgo. Ha sido un partido cobarde, corrupto y traidor, a España y a los españoles. Y mucho me temo que lo seguirá siendo en el futuro, pues el paso de los años no solamente no mejora a las personas e instituciones, sino que agrava sus vicios.

El poder nos distrae con este asunto, mientras sigue consumando su “gran obra”: la destrucción de España, mediante la separación de Cataluña, así como la quiebra económica del Estado, incapaz de mantener 18 estructuras de Estado: las 17 autonómicas y la del Estado central.

La delincuencia campea por doquier, y es lógico: aquí han venido millones de delincuentes extranjeros, sin control alguno, con certificados de antecedentes penales falsificados, etc. (En los países del tercer mundo “limpiar” los antecedentes es solo cuestión de dar dinero a la persona correspondiente).

¿Acaso hay otro país civilizado en el mundo dónde los delincuentes tengan más derechos que las víctimas?

La “distracción” de los patriotas españoles con este asunto puede suponer que los árboles no nos dejen ver el bosque. Nunca España ha tenido tan comprometida su integridad territorial y social, en sus más de 500 años de existencia.
Ahora mismo, estamos en manos de los enemigos de España.

E invadidos a diario por miles y miles de extranjeros, la mayoría sin oficio ni beneficio, que vienen aquí a vivir no con nosotros, sino de nosotros, que no es exactamente lo mismo.

¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando esta situación, sin actuar en consecuencia, votar a partidos políticos que se opongan a la invasión y ocupación masiva de España por los emigrantes económicos –que no refugiados políticos-, etc?

Dios quiera que no sea ya tarde.

*Jurista y escritor.