Un rumano asesina a golpes a un mendigo en el Parque Tierno Galván (Madrid)
Un hombre ha sido hallado por los servicios de limpieza y conservación hoy muerto con signos de violencia en el Parque Tierno Galván, en el distrito de Arganzuela (Madrid). El suceso se ha conocido a primera hora de la mañana, pero no se ha dado aviso a los medios hasta las 12.20 horas.
El presunto autor, nacido en 1996, ha sido detenido en la Estación Sur de autobuses cuando se disponía a abandonar en país en autobús rumbo a Rumanía. Víctima y verdugo son de ese país. El homicida no tiene antecedentes. Un segundo varón ha sido arrestado posteriormente como presunto coautor de los hechos. Es también ciudadano rumano, tiene 28 años y en su historial constan antecedentes por delitos contra el Patrimonio.
El fallecido es un varón de entre 40-45 años. El crimen, fruto de una disputa entre indigentes se produjo a las 5 de la madrugada, según fuentes policiales pero no se conoció hsta que fueron los operaciones de limpieza a la zona.
Hasta el lugar se trasdaló el Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional. El cadáver yacía en el suelo en mitad de una zona infantil del parque. Estaba ensangrentado y le habían golpeado: presentaba un traumatismo craneoencefálico severo y contusiones faciales. El Samur-Protección Civil ha acudido al lugar, la avenida del Planetario.
La Policía Nacional se ha encargado de la investigación. Sus pesquisas le han llevado a identificar al autor. Ante la sospecha de que se dispusiera a huir de España le han podido localizar antes: en la cercana estación de autobuses situada en Méndez Álvaro.
Mis conversaciones con inmigrantes: durante un tiempo tuve cierta relación con un par de rumanos por cuestiones laborales y su opinión sobre sus compatriotas en España era clara: la mayoría, gentuza.
Lo mismo me han contado algunos moros sobre sus compatriotas en España.
Sin duda los más perjudicados por la inmigración ilegal es la inmigración legal, que de verdad viene a aportar, no a sustraer.
Correcto Sauron. Conocí por motivos laborales a un holandés, un buen tipo y muy trabajador. Al tiempo de tener mas trato con el me confesó que en realidad era rumano pero sentía vergüenza de serlo y de decirlo.
Lo siento mucho por el asesinado, y sus familiares.
Desde luego, NOS VIENE LO PEOR DE CADA PAS, la escoria de medio mundo.