Qué planeado se lo tenía el buen señor Puigdemont: viaje provocador a Dinamarca, a la espera de la reacción de la Fiscalía española para el relevantamiento de orden internacional de su detención : si ésta entra en vigor, su voto, al igual que bajo el dudoso criterio de la Mesa Presidencial de la Generalidad, pasa a ser computable; de lo contrario, investidura telemática. Todo se trata de números.

Llarena, juez del Tribunal Supremo, se ha visto constreñido al tener que dirimir entre la justicia y la praxis, y su peor bocado ha sido el confesarlo a la par que su decisión: que Puigdemont nade río arriba libre y a saltos como un salmón, batiendo asaltos. Así, de una parte, el sedicionista consigue tiempo y pseudolegalidad catalana para ser investido; de otra, acusa al Gobierno central de franquista con sombra alargada, como la de los cipreses.

Pero, señorito: aparte de que España haya sido dejada de lado por la Unión Europea en términos económicos, ninguno de los miembros de la misma se moja para reconocer la legitimidad de sus movimientos, pues ha sido cuestionado e interpretado como populista, en la misma Dinamarca por expertos en Ciencias Políticas. Y preguntado por la legitimidad, en todo caso, de un referéndum nacional sobre el secesionismo catalán, tierra de todos los españoles y sufragada por todos los españoles hasta el momento.

La cuestión es que se trata de un mero juego de puntos, no de respaldar la voluntad de la ciudadanía catalana por entero, y menos la de la ciudadanía española en su totalidad. ¿Hasta qué punto se pueden seguir tolerando las maniobras de este chato?

Si no tiene problema para besar la bandera española en el extranjero, que venga a Cataluña, España, y que la bese de nuevo en su propio territorio, donde sí tiene problemas y, mientras utiliza, está siendo utilizado por los propios independentistas que juegan a gastarle la cuerda de la misma música. Este hombre parece una pianola: dice lo mismo en diferentes idiomas y nadie se lo traga en ninguno.

Ni aun a costa de las decisiones de los Tribunales Alemanes logrará una investidura por plasma. Esto dura casi cual embarazo a la vista del 22 de mayo y este centrípeto independentista sólo mira por la continuidad de sus haberes, fallados el plan A,B,C y D con las sucesivas propuestas de investidura. ¿Cuántas mansiones lleva alquilando ya a nuestra costa este prófugo de la Justicia soberana española?

Mientras tanto, nueva reunión de prófugos e independentistas en Berlín para dirimir un nuevo candidato a la Presidencia catalana. ¿No habrá alguno limpio de antecedentes y sin imputaciones entre los caballeros de la Mesa Redonda de Arturo?