(La Vanguardia)

Hace tan solo unos días, se pudo disfrutar en Barcelona del primer desfile multidisciplinar ofrecido por Antoni Miralda en esta ciudad. El motivo: la celebración de los 175 años de Santa Eulalia, la emblemática tienda de moda.

Esta peculiar “procesión” partiría del Pla de la Boqueria, para subir luego por las Ramblas y el Passeig de Gràcia, finalizando en el propio establecimiento, donde se proyectó un espectáculo lumínico sobre su fachada, con una instalación diseñada por Josep Maria Civit.

Un desfile en el que participaron 80 músicos y 150 estudiantes

El desfile contó con la participación de 80 músicos y 150 estudiantes de teatro, danza y diseño de ESDA, Escola d’Arts Oficis Llotja de Barcelona, Escola Massana de Barcelona, Escola d’Art i superior de Disseny Deià, Aula de Teatre de la Universitat Autònoma de Barcelona, Universitat Internacional de Catalunya, Escola Núria Dansa, Fundació FoodCultura y Galeria Senda.

Los asistentes pudieron disfrutar de una celebración de lo más peculiar, con una comitiva que transportó 100 patrones figurativos inspirados en vestidos icónicos de la historia de Santa Eulalia, ampliados y adaptados en libre y abstracto.

Los patrones representaron la evolución experimentada por esta empresa

A través de la iconografía de los patrones se personificó la evolución de esta empresa, donde se pueden encontrar desde las más lujosas prendas, a accesorios y zapatos lujo mujer Se representó a su vez el espíritu de cada época, y las diversas personalidades y oficios que ha ido vistiendo Santa Eulalia durante estos casi dos siglos.

A modo de pasarela ceremonial y festiva, la rúa estuvo encabezada por una banda de música que interpretó una pieza creada para la ocasión por el saxofonista Nil Mujal. De hecho, la música tuvo un papel trascendental durante la celebración.

Siete generaciones de la familia Sans han trabajado hasta ahora para Santa Eulalia

Durante la trayectoria de Santa Eulalia, se ha contado con el trabajo de siete generaciones de la familia Sans. La tienda abriría sus puertas por vez primera en el centro histórico allá por el siglo XIX. Pero gracias a su crecimiento y expansión, esta pudo trasladarse hasta el Passeig de Gràcia en la primera mitad del siglo XX.

Antoni Miralda, un artista catalán que cuenta con una larga trayectoria y alta proyección a nivel internacional, aseguró que el desfile supone “una revisión poética e histórica a través del legado de la empresa y la evolución de Barcelona”.

Acercar el arte a la vida

Con respecto al fin de este artista, este fue “acercar el arte a la vida e invitar a la participación colectiva”. Según ha detallado, el ritual del vestir ha sido el hilo conductor de la celebración: “Hemos jugado poéticamente con las palabras y los dobles sentidos: el traje de luces, los patrones, los vínculos entre la tienda Santa Eulalia y Santa Eulalia mártir… Y nos hemos inspirado en otros objetos típicos de la sastrería como la aguja y el dedal”, explicó.

Luis Sans, propietario actual del establecimiento, aseguró que el desfile fue “una acción artística irrepetible que perdurará en la memoria colectiva de Barcelona”.