Catalanes ante la sede de la ANC

Edurne Uriarte.- Estos días se habla mucho de TV3, de su responsabilidad en la deriva independentista y de la necesidad de una acción política para acabar con su escandalosa manipulación. Y estoy de acuerdo, pero es igualmente preocupante el otro lado del problema, y del que nadie se acuerda, el de ese liderazgo intelectual y mediático español que ridiculiza el patriotismo, que cuestiona la acción legal contra los golpistas, que culpa a Rajoy de lo que está ocurriendo y que le insta a dialogar con los ultras y a ofrecerles soluciones políticas.

Todo lo anterior está en el artículo de hoy de Juan Luis Cebrián que no sólo es un importantísimo líder mediático, presidente de El País, sino representativo de una izquierda mediática e intelectual que piensa como él (“La España de la idea”). Que continúa con el discurso de los últimos cuarenta años según el cual hay que seguir contentando a los nacionalistas, incluidos los más ultras, la culpa es de la derecha nacional, el patriotismo español es malo y ridículo, y todo lo que no sea satisfacer a los nacionalistas es una peligrosa vuelta al centralismo.

¿Que TV3 es un grave problema? ¿Y el de los líderes intelectuales españoles que califican la reacción de los españoles ante el golpe de Estado en Cataluña de “sentimientos de charanga y pandereta”? ¿O que llaman esperpento a las banderas a media asta del Ejército en Semana Santa? ¿O que culpan a Rajoy por no haber ofrecido nada a los golpistas más que el Código penal?

No se trata de ideas exclusivas del autor del artículo, eso es lo preocupante, se trata más bien de las ideas dominantes de los líderes intelectuales y periodísticos de la izquierda. Con una llamativa nota añadida en este caso, la ausencia total de referencias críticas a Ciudadanos y la atribución exclusiva a Rajoy del liderazgo del patriotismo de “charanga y pandereta” y de la respuesta judicial a los golpistas.