Mi perplejidad, como español y como católico por su cobarde postura connivente con el tufo antiespañol, y el manejismo de masas separatistas, cobardes y traidoras a la verdadera historia de las glorias del nacional catolicismo, le clasifican a usted como un injusto colaborador en la obra rupturista de la anti España. Puede que a usted le preocupe más el que haya gente en su municipio que rechaza a La Legión. Sólo significa que hay muchas más personas que se honran con nombrarles y agradecerles sus heroícos sacrificios a los que usted y yo y la Iglesia católica, a nivel nacional y universal, nos debemos, con deuda impagable de estricta justicia. Usted es un cobarde cómplice con este sistema ateo-liberal envenenado contra el Reinado Social de Cristo, por obra y desgracia de sus eternos enemigos judeo-masónicos.

Los católicos españoles no somos gente, porque no somos masa amorfa ni chaquetera. Somos personas sabedoras de nuestras obligaciones derivadas del IV Mandamiento, que nos obliga:

1) al culto y veneración de la patria en cuanto principio secundario de nuestro ser, educación y gobierno. En este sentido, se dice que la Patria es nuestra madre.

2) La Justicia legal y social nos relaciona con esa Patria, considerando el bien de la misma como bien común, que sus ciudadanos tienen obligación de formar, mantener y defender.

3) La caridad, cuyo recto orden obliga en igualdad de condiciones a preferir al compatriota antes que al extranjero.

4) La gratitud, por los inmensos bienes que la Patria nos ha proporcionado y por los servicios que continuamente presta.

Cuando este $ist€ma liberal, ateo y materialista ignora y/0 rechaza esos principios de pura lógica, de Razón y de Fe, convierte así la nación en una lucha de clases (marxista) o de partidos políticos (liberal) desencadenantes de fricciones regionales, chulerías partidistas y secesionistas, de dictadores de pacotilla, creadores de problemas artificiales y protagonismos de líderes de pies de barro.

Herir sensibilidades de gentes manejadas, resabiadas y engañadas, ¿es argumento para negar los honores a los héroes y mártires a cuya sombra vivimos y aumentamos? ¿Es motivo de miedo para un pastor de almas que dice amar la Verdad divina y humana? ¿Su lámpara, debajo del celemín de lo que no compromete?

Un sacerdote sin espíritu testimonial ha equivocado su carrera, convertido en un eventual vividor funcionario… mientras no vengan dando.

Si usted prefiere la sensibilidad subjetiva y evasiva, revanchista y hedonista, a la razón pura, noble e inmarcesible, es que no ha entendido que los verdadero, es eternamente nuevo.

Cuando la razón no existe, no queda más que el cobarde subjetivismo de la sensibilidad. Pero la sensibilidad cada cual puede inventarse la que más le guste. Y ahí, la mala teología que hoy se hace, por la mala filosofía de haber puesto el sentimiento por encima de la razón, contra la filosofía escolástica que a usted y a mí nos enseñaron. Lástima que la haya olvidado o traicionado.

Que el Apostol Santiago le devuelva el valor del amor a la Verdad y la fidelidad a nuestros sagrados e inmarcesibles deberes.

¡Arriba España y viva La Legión!

*Presidente del Círculo de Empresarios de Tabarnia (CET) y de Soluciona en Cataluña