El modelo español de seguridad y defensa (II): Hacia una seguridad cooperativa y una defensa colectiva
Por Enrique Área Sacristán.- España ha superado una larga etapa de aislacionismo histórico ocupando hoy en día un lugar importante en la comunidad internacional. En lo que a la Política de Defensa se refiere, España no sólo es parte de las principales organizaciones occidentales de seguridad y defensa, sino que además sus FAS están integradas en numerosas fuerzas multinacionales.
El primer paso en el marco de las relaciones internacionales en el ámbito de la defensa lo constituyó, a mediados de la década de los cincuenta del pasado siglo, el establecimiento de las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Estos convenios supusieron para los Ejércitos españoles una modernización con la adquisición de materiales y tecnología, así como el acceso de los Oficiales españoles a cursos de perfeccionamiento y adiestramiento. Por otro lado, y como contrapartida, España ofrecía la posibilidad de desplegar fuerzas americanas en territorio nacional en las bases de utilización conjunta hispano-norteamericanas, lo que en cierto modo suponía una cesión de soberanía mientras que estos acuerdos bilaterales no contemplaban la defensa mutua de ambas naciones.
En el ámbito internacional, desde la década de los 80, la Política de Defensa española ha estado orientada a alcanzar una mayor integración en las organizaciones de seguridad y defensa, pasando de una concepción de la defensa vinculada al territorio nacional, basada casi exclusivamente en las capacidades militares, a una más amplia de seguridad compartida y defensa colectiva con nuestros socios y aliados, en la que cada vez está más comprometida la sociedad en su conjunto. Este nuevo enfoque de la seguridad nos compromete a su vez con nuestros aliados, obligándonos en muchas ocasiones a materializar esfuerzos como respuesta solidaria en escenarios no relacionados directamente con los intereses específicamente nacionales de seguridad.
El ingreso en la OTAN se produce en el año 1981, concluyéndose el proceso de ratificación del proceso de adhesión en 1982, este proceso de integración entra en un período de estancamiento hasta la celebración de un referéndum en 1986, cuyo resultado es en una victoria de los partidarios de la adhesión y de la integración sin ambigüedades en el bloque occidental. La entrada en la OTAN no se hizo sin embargo incondicionalmente, sino bajo unos parámetros que le conferían a España una posición muy particular en la Organización:
No incluía la pertenencia a la Estructura Militar Integrada. Prohibición de instalar, almacenar o introducir armamento nuclear en territorio español. Reducción progresiva de la presencia militar norteamericana en España.
La elección el 5 de diciembre de 1995, del Ministro de Asuntos Exteriores español, Javier Solana, como Secretario General de la OTAN supone un gran espaldarazo con el que España adquiere en la OTAN una importante visibilidad.
El 1 de enero de 1999, España ingresa finalmente en la Estructura Militar de la Alianza Atlántica. Nuestra Nación es, en la actualidad, un miembro activo y destacado de esta Organización, siendo el 5º país aliado mayor contribuyente de tropas a operaciones lideradas por la Alianza, y el 6º contribuyente financiero neto.
En este camino hacia una mayor integración se produce otro hecho importante con la firma del Tratado de Adhesión a la Unión Europea Occidental (UEO) en noviembre de 1989. A partir de ese momento España será parte del “pilar europeo de la defensa”. Con el Tratado de la Unión Europea (TUE), acordado en Maastricht en 1992 nace la Política Exterior y de Seguridad Común y como parte de ella la Política Europea de Seguridad y Defensa, quedando a partir de ese momento la UEO como organización durmiente.
La entrada de España en estas organizaciones de seguridad y defensa supone el verdadero punto de inflexión en el proceso de transición desde una concepción de la defensa nacional de una forma aislada hacia una seguridad compartida y una defensa colectiva. Se empieza entonces a contemplar la defensa desde una doble perspectiva, la propiamente nacional referida exclusivamente a nuestra soberanía y la internacional como pertenecientes a una comunidad de defensa multinacional responsable de garantizar la paz y seguridad internacionales. Pero además supone para las FAS españolas un importante desafío por cuanto suponía adaptar estructuras, doctrinas, procedimientos y capacidades y, en consecuencia, un importante proceso continuo de modernización y transformación.
El cambio de escenario estratégico que se produce a lo largo de la década de los 90, con la desaparición de los bloques y la emergencia de nuevos riesgos y amenazas, se va a traducir en una mayor implicación de España en cuestiones de defensa colectiva. Como miembro solidario de estas organizaciones en la paz y estabilidad mundial, comienza su participación en operaciones en el exterior, limitándose inicialmente al envío de Observadores Militares como fue el caso de Angola, Nicaragua y El Salvador. Las primeras fuerzas militares españolas en desplegar en el exterior son enviadas en 1991 al Kurdistán en ayuda a la población que había sufrido los ataques del régimen de Saddam Husein tras la primera Guerra del Golfo. Pero el primer contingente importante es el que se despliega en la antigua Yugoslavia en 1992 formando parte de la Fuerza de Protección de Naciones Unidas (UNPROFOR). Desde entonces la presencia de las tropas españolas en los Balcanes ha sido permanente. Las Fuerzas Armadas españolas han tomado parte en diversas operaciones de apoyo a la paz y/o estabilización de distinta naturaleza como han sido, además de la referida de Bosnia, las de Kosovo, Albania, Afganistán, Irak, Haití, Congo y Líbano, en algunas de las cuales todavía siguen presentes. También han tomado parte en misiones de ayuda humanitaria en Centroamérica, Indonesia o Pakistán. O más recientemente la Operación ATLANTA que se está desarrollando en el Índico en la lucha contra la piratería.
En menos de veinte años España ha pasado de ser un mero espectador en el campo de la contribución a la paz y seguridad internacionales a ser un actor, y con un importante peso específico, manteniendo de una forma continuada unos efectivos en torno a los 3000 hombres y mujeres en operaciones en el exterior.
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca.
Un ejercito cipayo a las ordenes de los anglófonos de los Estados Unidos y de Gibraltar y por ende, al servicio de su socio marroquí. Para morir y matar por el terrorismo anglófono en sus guerras de influencia y expansión en Irak, Siria, Libano, Letonia, Estonia, Rusia, Mali…
Tiene gracia que salga una foto del cohete Capricornio, proyecto que se canceló en tiempos de Aznar por presiones/amenazas de los “aliados” americanos. No vaya a ser que nos diera por desarrollar un misil balístico propio. Los mismos que amenazaron a Carrero Blanco para que terminase con el proyecto nuclear español, casualmente el día antes de que lo asesinaran a 100 metros de la embajada de nuestros “amigos”. Por cierto la primera prueba nuclear iba a ser en el Sahara y ya sabemos quien proporcionó el apoyo logístico y político a Hassan II para la Marcha Verde, sí, otra vez… Leer más »