(El Correo Gallego)

Por José L. Román.- Seré muy breve y sin marear la perdiz para que todo el mundo lo entienda. Una alternativa de gobierno como pretende ser “Ciudadanos” para llegar a la Moncloa, sin intención de acabar con el despilfarro autonómico para garantizar el sistema de pensiones de jubilación en España, me parece sencillamente un insulto a la inteligencia de los españoles.

El sistema público de pensiones en nuestra nación está en peligro, no por el cuento con el que Montoro nos duerme cada noche, no. Las pensiones están en peligro entre otras razones, por el despilfarro de dinero público que se está llevando a cabo por el empecinamiento de mantener 17 gobiernos autónomos y miles de chiringuitos satélites de estos monstruos insaciables, que se han ido comiendo no solo el contenido de la hucha, sino también el recipiente como si fuese de chocolate.

Dicen que el sistema de pensiones está en peligro, pero omiten que ese riesgo obedece por ejemplo a que un monstruoso entramado político que nuestra clase dirigente ha creado en España con una nómina de tres millones y medio de funcionarios, no puede sostenerse por mucho que se empeñen los que tienen como único objetivo vivir de la política. Ese peligro obedece también al despilfarro que supone sostener con dinero público a los partidos políticos con representación parlamentaria, sindicatos, y organizaciones empresariales. Ese peligro obedece a que España no puede cargar con una losa de buen samaritano, para complacer a todo aquel que quiera venir hasta aquí acaparando y colapsando las prestaciones y servicios públicos. Y obedece a que pertenecemos a una Unión Europea en la que nos metieron a machamartillo y sin tomar precauciones, al igual que en el euro, y hoy estamos pagando esa entrada sin cautelas con tener que sostener un Parlamento en Estrasburgo que nos cuesta lo que no tenemos, y lastrar con una moneda que nos hizo perder de golpe y porrazo un 66% de poder adquisitivo.

El estado de las autonomías ha resultado ser un engaño y el cáncer que hoy nos devora. Por lo tanto, permítanme que les diga, no solo a Albert Rivera, sino a todos los que anhelan alcanzar la ubre del Tesoro y a los que están enquistados en ella, que ese discurso sobre las bondades de la Unión Europea gusta mucho en Estrasburgo, pero no aquí; aquí está más que amortizado y los resultados están a la vista.

Por lo tanto, lo primero que se debe hacer a mi modo de ver, antes que volver con la eterna cantinela sobre Europa y lo que Angela Merkel y el BCE pretenden y sugieren, sería ocuparse de esa grave enfermedad que padece nuestra madre, España. Y como resulta que la grave enfermedad que sufre España, es un cáncer que la está desvitalizando y destruyendo, lo que urge acometer es una intervención quirúrgica urgente para extirpar de raíz el tumor maligno (estado autonómico) que la está devorando política, social y económicamente.

Una vez practicada la intervención se deberá administrar quimio para no dejar rastro del carcinoma. A continuación, desinfectar las heridas y suturarlas. Y por último, una buena dosis de valores y principios en los centros de enseñanza para nutrir a los niños y jóvenes de una conciencia colectiva para la unidad nacional, al objeto de que esas heridas cicatricen lo antes posible y España vuelva a ser una sola nación donde sus ciudadanos estén fuertemente unidos, al no existir privilegios ni despilfarro en ninguna de las regiones que conforman esa unidad nacional.

Si los que dicen venir a regenerar la democracia pretenden que todo siga como estaba para beneficio de sus palmeros y estómagos agradecidos, y continúan con el discurso sobre Europa sin escuchar el mensaje de los españoles, no les quepa duda que esos ciudadanos españoles que por hartazgo piden a gritos un giro en las políticas impuestas por el bipartidismo, como las referentes a seguir manteniendo el estado autonómico que engulle el presupuesto para las pensiones, se quedarán de nuevo en su casa y no acudirán a votar.

En resumen, o se plantea un referendo para que los españoles decidan libremente si quieren continuar con el despilfarro autonómico o garantizar el sistema de pensiones y Seguridad Social, que heredamos del régimen de Francisco Franco, o la Seguridad Social en su conjunto se irá literalmente a tomar por el saco por el capricho de cuatro vividores que, por supuesto, habrán previsto de antemano tener su futuro asegurado.