El submarino de Convergencia
Xavier Rius*.- Por mí que Toni Castellà es un submarino del PDECAT en la lista de ERC. O incluso una agente camuflado del CNI. El domingo pasado afirmó, en un míting en Badalona, que “recuperaremos la vía unilateral”. Todo para congraciarse con la CUP.
Vaya favor le ha hecho a Oriol Junqueras. El exvicepresidente intentando salir de la cárcel parar procurar remontar la campaña de Esquerra y éste le chafa el plan. Los más valientes siempre son los que no tienen nada a perder. Hasta eclipsó a Marta Rovira.
Porque la número dos del partido no tuvo más remedio que seguir su estela. “Esquerra no pedirá permiso para construir la República”, afirmó. ¿Quién manda en ERC? ¿El que va de número 15 en la lista o la secretaria general? Acuciados en las encuestas hasta olvidan lo que decían al inicio de la campaña cuando apostaban por la “negociación bilateral”.
Yo creo que Castellà quiso hacerse perdonar su pasado en Unió. Al fin y al cabo cuando el ahora diputado de ERC en Madrid Joan Capdevila y los del colectivo de El Matí eran los únicos críticos él ya estaba en la dirección del partido. Y Núria de Gispert era la presidenta del consejo nacional.
Con la crisis de Unió hicieron el trabajo sucio a Convergencia. Hasta admitió posteriormente, en un acto en Gràcia, que habían conseguido “cargarse” el partido. CDC devolvió el favor con una coalición en las elecciones generales de diciembre del 2015, aquellas que no sirvieron para nada porque hubo que repetirlas.
En este caso concurrieron con las siglas de Democracia i Llibertat (DiLL) que, ya es mala suerte, porque coincidían con las de Duran i Lleida. En la puerta del grupo parlamentario en el Congreso tuvieron que cambiar el cartelito para no recordar, cada vez que pasaban por el umbral, el líder de la extinta Unió.
En las elecciones generales de junio del 2016, los de Convergencia ya se los sacaron de encima porque si habían aguantado a Duran durante un montón de años no era cuestión ahora de aguantar a Toni Castellà.
Como se lo veían venir empezaron a aproximarse a la izquierda en general y a Esquerra en particular. Hasta parcitiparon en un acto en Sant Boi junto a Podem que, para una partido de inspiración demócrata-cristiana, no está nada mal.
Demòcrates de Catalunya -así se llaman el nuevo partido como si el resto no fueramos demócratas- está formado por unos 2.300 militantes de los cuales unos 800 son activos: menos del 40%. Pero ello no ha impedido a Toni Castellà utilizarlo de trampolín y repetir de candidato a diputado.
Teniendo en cuenta que empezó en 1999 y ha sido miembro de la cámara en las legislaturas VI, VII, VIII, IX y X va para la friolera de más de veinte años en el edificio del Parc de la Ciutadella.
En fin, las palabras del antiguo dirigente de Unió han servido también para confirmar algo que todos sospechábamos: que la campaña de ERC -ausente Junqueras- hace aguas por todos lados y que no manda nadie.
El director debería poner orden. Romeva y Mundó han conseguido insuflarle algo de coherencia en los últimos días pero a Rovira le falta liderazgo. El liderazgo también es autoridad moral.
*Director de e-.noticies