Paralelismos
Sigfrid Soria del Castillo Olivares*.- Los alemanes y los catalanes tienen fama de inteligentes, trabajadores, fiables, eficaces, cumplidores, ahorradores y serios. Tienden a ser admirados por sus logros y tendencia a liderar en los planos económico y social. ¡Qué paralelismos más estupendos, oiga! ¿Existirán divergencias, se mantendrán esos tópicos en unos y otros a lo largo de la Historia?
Si nos situamos en la década de los 30 del siglo XX, tanto alemanes como catalanes fueron abducidos, hipnotizados y cautivados sectaria y masivamente por carismáticos líderes socialistas populistas: Adolfo Hitler en el caso de los alemanes y Luis Companys en el caso de los catalanes. Estos personajes tuvieron la habilidad de fascinar y engañar a millones de alemanes y catalanes prometiéndoles un mundo feliz. Pero mientras el alemán por su lado planeaba conquistar el mundo e impulsar a la raza Aria, el catalán por el suyo soñaba con adherir Aragón, Valencia, las Baleares y parte de Francia a la república catalana revolucionaria de extrema izquierda. En este contexto conviene recordar la influencia que el movimiento socialista revolucionario que imperaba en Italia, el fascismo de Mussolini, ejercía tanto en Hitler como en Companys. Asimismo no puede desvincularse de esta atmósfera revolucionaria inductora de políticas socialistas la propia revolución rusa acaecida 15 años antes, representada salvajemente en la tercera década del siglo XX por Stalin.
Lo cierto es que ni alemanes ni catalanes percibían con claridad, dada la fascinación ejercida por sus irresistibles gurús, lo que ocurría en realidad. Terrible realidad que no era otra que los campos de exterminio en toda Europa para depurar a la raza Aria, en el caso del socialismo alemán, y las checas para eliminar a todo el que cuestionara el independentismo republicano, en el caso catalán. Sólo en la ciudad de Barcelona llegó a haber 46 checas.
A la vista del breve vistazo hecho 85 años atrás, concluyo que la buena fama de la que gozan alemanes y catalanes es cuestionable. Cuando todo un pueblo es engañado, como fueron engañados ambos, por líderes tan abyectos como Hitler y Companys, significa que quizás esos pueblos no son tan admirables como sus famas sugieren.
Pero, 85 años después de aquella barbarie, alemanes y catalanes muestran una clara divergencia ya que los alemanes, aun habiendo quedado devastados por el sinsentido nazi, supieron reponerse y casi 90 años después se muestran al mundo como una superpotencia. Sin embargo, ¿qué pasa con los catalanes? ¡Vuelven a reproducir lo que vivieron con Companys!
Hay millones de catalanes que creen que en 2017 vivirían mejor sin ser españoles, fuera del euro, de la UE, de la OTAN y de la ONU. Parece que no les importa que miles de empresas se vayan de Cataluña y lo que es más asombroso, se muestran convencidos de que el camino correcto es el de saltarse las normas democráticas.
Termino con dos apuntes finales. El primero apunte es que el claro paralelismo del siglo XX entre alemanes y catalanes no es tan claro en el siglo XXI, y más concretamente en 2017. El segundo apunte es que es imprescindible no generalizar, como yo le he hecho en este artículo de opinión, si lo que se pretende es tener rigor histórico y sociológico. Ciertamente y hasta este punto de este artículo de opinión yo he generalizado como técnica literaria comparativa. Pero también es cierto que los catalanes torpes, es decir los independentistas, tanto de los años 30 del siglo XX como los de 2017, eran y son minoría.
*Ex diputado canario del PP
Apreciado Sr. del Castillo, Es cierto que tanto alemanes como catalanes tienen fama de trabajadores, fiables, eficaces, cumplidores y ahorradores serios (lo de más inteligentes…, ya si eso…). A mi como catalán, me halaga esa comparación con los alemanes. La encuentro incluso exagerada. Los alemanes…, no son “naide”. ¡¡Estos tios fabrican Porsches!!. Y no se lo dice un catalán cualquiera, se lo dice un catalán de los de “verdad” (esto, evidentemente lo digo con ironía). Yo tengo bastantes más de ocho apellidos catalanes (y me sudan la polla mis apellidos), y ya desde de muy pequeño me adoctrinaron en la… Leer más »