Xavier Rius, director de e-noticies: “¿De verdad quieren dar lecciones de democracia?”
Por su interés reproducimos el artículo de Xavier Rius, director del digital nacionalista e-noticies, que lleva por título “Los demócratas somos nosotros”:
“Los colegas de Òmnium de mi pueblo -Martorell: a 30 kilómetros de Barcelona- embadurnaron el otro día plazas y calles con carteles de “Democracia”. Han hecho un buen trabajo. Los ví en todas partes: en la carretera, en el puente, en el río. Ningún problema. Están en su derecho siempre que respeten las ordenanzas municipales.
Pero empiezo a estar un poco harto de de que los procesistas -el término lo inventó López Tena: vamos a hacerle justicia- vayan diciendo que eso es democracia. No va de democracia. Va de independencia. Lo que pasa es que no hay manera de ensanchar la famosa base social. No me extraña por otra parte visto el espectáculo del último pleno del Parlament. Pero insisten que va de democracia. Como si viviéramos en plena dictadura. ¿Qué se han creído?
¿De verdad quieren dar lecciones de democracia? ¿Estos que aprueban la Ley de Referéndum y la Ley de Transitoriedad de madrugada? Sin ningún debate previo en comisión. Con dos horas para enmiendas. Ignorando los informes de los servicios jurídicos de la cámara. Silenciando el letrado mayor del Parlament. Despreciando -peor: ridiculizando- la opinión unánime del Consejo de Garantías Estatutarias. Pero si también hay soberanistas en este órgano! A Àlex Bas lo puso Mas.
¿De verdad quiren dar lecciones de democracia? Éstos que han sido incapaces de hacer la Ley Electoral en 37 años -¡está pendiente desde 1980! – y ahora han escogido los cinco miembros de la junta electoral del referéndum a toda prisa. Todos de la misma cuerda, por supuesto. Ustedes saben que según el artículo 176 del reglamento -el socialista Ferran Pedret lo explicó bien- los cargos públicos elegidos por el Parlamento deben ser propuestos con quince días de antelación para que al menos puedan explicar sus méritos, su currículum, sus títulos académicos.
¿De verdad quiren dar lecciones de democracia? ¿Éstos que dijeron que harían elecciones a los 18 meses? Lo llevaban incluso escrito en el programa electoral. El plazo acababa el pasado mes de marzo. Nadie ha vuelto a hablar de ello. El día que haya elecciones habrá un descalabro electoral. De hecho, el propio Puigdemont ya ha dicho que sólo las convocará si el no gana en el referéndum. Es una manera como cualquier otra de intentar incentivar la participación.
¿De verdad quieren dar lecciones de democracia? Éstos que aprueban la independencia exprés -y en diferido- con 72 votos cuando con el Estatut fueron 90. Pero si para elegir el Síndic de Greuges -el jeta de Rafael Ribó ya me perdonarán- se necesitan tres quintas partes. Al menos 82 diputados. El miércoles por la noche, en los pasillos del Parlament, no había épica. Como aquel 30 de septiembre de 2005. Con el abrazo entre Mas y Maragall. Había más bien acojone. Incertidumbre. Miedo al futuro.
¿De verdada quieren dar lecciones de democracia? Éstos que, según la Ley de Transitoriedad, el propio Gobierno nombra al presidente del Tribunal Supremo de la futura República Catalana. ¿Qué fue de la tradicional separación de poderes? ¿A quién pondrán? ¿Al juez Santiago Vidal? Montesquieu se estremecería.
¿De verdad quieren dar lecciones de democracia? Éstos que tienen un montón de órganos cuyo mandato está caducado desde hace meses -como el consejo de gobierno de la Corpo o el CAC- pero que no lo hacen porque tienen miedo de perder el control. No antes del referéndum, sino antes de las próximas elecciones.
¿De verdad quiren dar lecciones de democracia? Éstos que han puesto los medios de comunicación públicos como TV3 o Catalunya Ràdio a la altura del betún? Están convirtiendo el periodismo en un acto sexual explícito el nombre no me hagan escribir aquí por respeto. En la Ley de Referéndum todavía tenían la caradura decir que “deben garantizar los principios de pluralismo político y social y la neutralidad informativa” (artículo 12).
¿De verdad quieren lecciones de democracia? Éstos que permiten que la periodista estrella de Catalunya Radio diga en directo que el presidente de un grupo parlamentario ha hecho una “intervención impropia”. Y no pare de hacer comentarios en antena o conexiones con Madrid para evitar que la audiencia pueda oir. A Joan Coscubiela, el cabeza de lista de una coalición que sacó 366.000 votos y once diputados en las elecciones. Como si hubiera sido un diputado del grupo Mixto. ¿Quién se cree que es Mònica Terribas? ¿La musa del proceso?
Señal que, en efecto, les hizo mucho daño. Lo resumió perfectamente cuando dijo aquello de “¿no se dan cuenta de la gravedad? ¿no se dan cuenta de la gravedad de lo que están ustedes haciendo aquí? “. Con el agravante de que a él ni le pueden llamar facha ni franquista. Es que ni unionista. Pero si es de izquierdas. Estuvo trece años de secretario general de Comisiones. Los de Catalunya sí que es Pot fueron los primeros en pedir un referéndum. Su ex compañero Raül Romeva los dejó verdes. Dijo que habían pasado pantalla. Aún me acuerdo. Continua apegado a su escaño. 34719-foto-20.jpg
Durante estos dos días a los demócratas nos representó Joan Coscubiela. A mí hasta me dieron ganas de votarle. Mi homenaje particular también al resto de portavoces de la oposición: Eva Granados, Ferran Pedret, Carlos Carrizosa, José María Espejo-Saavaedra, Alejandro Fernández, Santiago Rodríguez. Hoy no haré distinciones de partido. Pusieron de manifiesto como se saltaban todas las normas. Y espero no haberme dejado ninguno. En un momento u otro del debate todos ellos también me representaron.
El problema es lo que dijo Antonio Baños aquella noche electoral del 27-S: “el plebiscito no se ha ganado”. Baños, que iba de número uno, duró menos que un caramaleo en la puerta de un colegio. Pero si incluso lo admitió Artur Mas, el pasado mes de noviembre en una comida en la Cámara de Barcelona. Entonces también reconexión que no habían ganado. Ya te vale, Artur. Después de la que has liado.
Es el quid de la cuestión: la mitad del país no puede declarar la independencia. ¿Qué hacemos con el resto? No es culpa de Madrid ni del PP ni del TC. Es sencillamente que la mitad de los catalanes no está convencida o no la quiere. Tienen mayoría parlamentaria, pero no tienen mayoría social.
La excusa del referéndum es así nos contaremos. ¿De verdad han montado toda este follón para contarnos ?. Pero si la independencia no gana ni en las encuestas del CEO. No ha llegado ni a la mitad. Y en la última creo que había caído al 36%.
No, insisten con el referéndum porque es una manera de tomar un atajo. De ganar. Ya lo han dicho. Y este Govern, salvo cerrar la Modelo y poca cosa más, no ha hecho nada más. ¿Con qué cara se quieren presentar a las próximas elecciones?
Pero si el 27-S, Junts pel Sí y la CUP no llegaron ni al 50% de los votos. En conjunto había más votos en contra que a favor. Por eso, cuando quieren hacer una independencia exprés chirrían todas las costuras democráticas. Es como si te pones un traje que te pequeño. Al final acabará descosiendo de un lado u otro.
No importa, están jugando con fuego. Me parece que Coscu también lo dijo en una de sus intervenciones -que no he sido capaz encontrar a la hora de escribir este artículo-: después de un gobierno viene otro. Y en Catalunya ya puede pasar de todo. El próximo Gobierno -si es unionista, de la Colau, rosa o violeta, me da igual-, podrá hacer una ley electoral según la cual una persona un voto. Al fin y al cabo es la base de la democracia. Entonces se habrá acabado de golpe la sobrerrepresentación del procesismo.
Suena muy bestia pero si han planteado la independencia con 72 diputados de 135 los próximos podrán hacer lo que quieran: privatizar TV3, cargarse la inmersión, declarar el Cant de la Senyera himno nacional de Catalunya -los Segadors creo que lo aceptó hasta Vidal-Quadras- o cambiar la Diada por Sant Jordi. Piensen que, en el País Vasco, incluso el PNV perdió el poder.
Los demócratas somos nosotros, indepes o no, que sólo podemos decir: así, no. El soberanismo ha perdido una ocasión histórica, el país retrocederá dos o tres generaciones, quedará agotado y deshecho. Descosido por dentro. Y cuidado que los catalanes no acabamos a hostias. Cualquier chispa puede encender todo. Como un incendio en verano.
Pero, sobre todo, hay que reconocer que el mérito de Juntos por Sí y la CUP es innegable. Han hecho lo mismo que hizo Franco: liquidar el Estatuto. Y sin red. ¡Bravo, campeones!”