Lo bueno de un personaje tan grotesco como Ada Colau es que resulta tan previsible como prueban sus múltiples contradicciones. Que alguien como ella, sin estudios ni oficio, epitome de la fealdad, pueda ser alcaldesa de Barcelona, supone sobre todo la constatación del fracaso que los catalanes se han ganado a pulso. No todos, pero sí muchos. Rabiosa detractora de la tauromaquia, en tanto símbolo nacional; enemiga feroz del Catolicismo, hasta el punto de defender un Padre Nuestro blasfemo; responsable de allanar el camino al terrorista que atropelló mortalmente a más de una decena de personas en las Ramblas barcelonesas, la alcaldesa de Barcelona no pierde ocasión de mostrarnos su carácter montaraz, sus odios feroces, sus fobias violentas. Como cualquier progresista tan farsante como ella, Ada Colau dice defender cosas como el animalismo, el feminismo, el ecologismo o el antirracismo, que luego sin embargo se contradicen con su elocuente indiferencia cuando esas mismas cosas son salvajemente atacadas por los miembros de las comunidades islámicas. Las última de las contradicciones de Colau merece ser destacada.

La regidora barcelonesa, cuya progresista sensibilidad le impide aceptar que se celebren corridas de toros en Cataluña, ha recurrido a su cuenta de facebook para felicitar a los musulmanes por la celebración del Aid El Kebir, más conocido como Celebración del Sacrificio o Fiesta del Cordero. Se calcula que más de un millón de corderos han sido degollados en España en las últimas horas. Característica de esta fiesta es la violencia brutal hacia los animales. Desde el momento de la carga, donde se puede ver a los operarios pisando la cabeza de los corderos, o dándoles patadas para moverlos, hasta la matanza en sí misma, donde el horror es indescriptible. Corderos completamente aterrorizados intentando escapar de los matarifes, agonizando durante minutos cubiertos de su propia sangre. También se han visto operarios insertando un compresor en las patas a los animales para separar la piel estando aún vivos, esto causa un dolor terrible.

La Fiesta del Cordero” es la mayor festividad del Islam, y en ella los musulmanes de todo el mundo hacen una ofrenda de un sacrificio animal. Es en referencia al pasaje del Corán en el que Abraham estuvo dispuesto a matar a su hijo como muestra de su lealtad a Dios, y justo cuando estaba dispuesto a degollarlo apareció éste y lo detuvo. En agradecimiento Abraham mató a un cordero. La brutalidad de la matanza es tal que pueden verse en internet algunas calles de Melilla teñidas literalmente de sangre.

Como no es necesario aclarar, la antitaurina Ada Colau permanece ciega y muda ante estas salvajes matanzas. La determinación con la que defiende los “derechos” del toro se desvanece en el caso de Aid El Kebir. Ada Colau, fiel al amo que ordena y paga, considera legítimo e incuestionable el degollamiento a cuchillo de millones de corderos en todo el mundo… a condición eso sí de que miren a la Meca.

Existen, además, informes que acreditan cómo los participantes en estos sangrientos rituales en Cataluña no suelen tener documentos que acrediten la procedencia del ganado ni cuentan con la presencia de un veterinario, tal y como estipula la normativa.

Muchos de ellos convierten los pisos, patios interiores, solares privados y terrenos públicos en mataderos improvisados donde llevan a cabo la matanza del cordero sin ningún tipo de control.

Algunos usuarios han respondido a la incongruencia de la alcaldesa. “Seguro que a ellos les dejas acuchillar a sus corderitos para celebrar su fiesta en la calle, pero lo de poner pantalla para la selección ¡no!”, señala uno de ellos.

“Si los toros fueran un acto musulmán, lo aprobaría… Y ojo, que no soy fan de los toros”, escribe otro.

También hay referencias al doble rasero de la edil con respecto a los cristianos: “No veo la felicitación a la comunidad Cristiana por ningún lado. Lo dicho,una sinvergüenza”, manifiesta Jorge en la misma página de facebook.