Yihadistas abatidos en Cambrils por la policía política catalana.

Por José L. Román.- He vuelto a dar un repaso al video que se hizo viral en foros y Redes sociales, referente a la reciente actuación de la Policía Nacional en Melilla, donde un musulmán dispuesto a entrar ilegalmente en nuestro país y armado con un chuchillo con el que acababa de herir a un policía, fue reducido por otro agente con una baliza de plástico lanzándosela a la cabeza.

Pues bien, ante esa rápida, impecable e improvisada actuación de ese policía nacional en Melilla, la cadena de televisión o paladín comunista, conocido por “La Secta”, rápidamente se hizo notar con el vómito malicioso y miserable de una de sus letradas, para decir que la actuación del agente de policía fue “desproporcionada”.

Dicho lo cual, yo pregunto, ¿que tendría que decir “La Secta” o paladín comunista ahora, cuando unos mozos de escuadra en Cambrills acaban de abatir a tiros a varios supuestos yihadistas armados con cuchillos, cuando intentaban huir de un control policial? Pues “La Secta” no dirá nada, y no dirá nada porque esa policía regional no está a las órdenes del gobierno de España ni del Ministerio del Interior, sino bajo el mando de una banda de marxistas y separatistas catalanes que quieren destruir España, que no obedecen ni respetan la Constitución, que se ciscan en las más altas magistraturas del Estado, pero que como “La Secta”, persiguen una causa común: la independencia de Cataluña y la islamización de España.

Si en lugar de mozos de escuadra los actuantes hubiesen sido policías nacionales o guardias civiles, les aseguro que hoy estarían siendo criminalizados hasta la extenuación por esa cadena sectaria y vomitiva, y a los agentes implicados los hubiesen hecho “picadillo”.

¿Cuantos policías nacionales y guardias civiles han sido procesados por “desproporcionalidad” en el uso de las armas de fuego cuando se han enfrentado a peligrosos delincuentes, fugitivos, o criminales armados con cuchillos, hachas o palos? ¿Qué se supone que deben hacer ante casos como estos? ¿Hablar con ellos? ¿Negociar? ¿Pedir permiso a García Ferreras? ¿O quizás vestirse de mozo de escuadra y ponerse a las órdenes de los sediciosos para poder disparar sin temor a ser taladrados por “La Secta”?

No, despreciables sectarios, los policías y guardias civiles deben actuar para proteger a la sociedad, así los han preparado, enseñado y formado, y así intentan aplicar el artículo 5 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en su apartado C, que dice: “En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria, y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable; rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance”.

Nos bombardean medios informativos sectarios y comunistas hasta el aburrimiento. Cargan sin piedad contra un policía nacional por una actuación impecable, por el solo hecho de ser eso, policía nacional, no hay otra razón, ese fue su delito. Por eso resulta patético que ante situaciones como la del atentado yihadista de Barcelona, no se plante el gobierno de la nación, ¡con dos cojones!, y tome el mando de los mozos de escuadra y de la guardia urbana para responsabilizarse de todas las actuaciones contra el terrorismo yihadista. Eso sería lo correcto en un país serio, y no la rueda de prensa del consejero de interior del gobierno regional hablando únicamente en catalán, cuando nuestro idioma común es hablado por más de quinientos millones de personas en todo el mundo. Resulta patético que los mandos de los mozos de escuadra y la banda de comunistas y secesionistas, responsables de la islamización de Cataluña, se hayan pasado por el forro de los caprichos las advertencias del Ministerio del interior para que colocasen bolardos en zonas como la plaza de Cataluña y las Ramblas, y se ciscasen también en los avisos de la Inteligencia norteamericana sobre un inminente atentado en ese punto estratégico de la ciudad Condal.

La manipulación a la que estamos sometidos por parte de medios informativos españoles como “La Secta”, es siniestra. Dicen, y con razón, que no hay mayor mentira que una verdad a medias. Y precisamente es lo que está pasando ahora; nos ofrecen trozos de verdad convenientemente sacados fuera de contexto, y nos ocultan otros, con lo que deforman la realidad de tal modo que se vuelve irreconocible… El problema real de los españoles es la carencia absoluta de valores; no hay honor ni dignidad. La palabra dada no vale nada. Ya no es que adoremos al becerro de oro; es que estamos adorando al oro del becerro.