Rayajos, amenazas, retrovisores rotos: así funciona la mafia de gorrillas en Chamberí
Los residentes bajan cada mañana a buscar su coche con el miedo de encontrarse un retrovisor roto, rastros de café y otros líquidos en los cristales o un nuevo rayajo en la chapa. Los actos son anónimos, pero los vecinos saben que se corresponden con las represalias tomadas por los gorrillas de la zona si no entran al trapo y les dan las monedas pertinentes. La parte baja del distrito madrileño de Chamberí, desde la calle Julián Romea pasando por todas las de los generales (Dávila, Rodrigo, Ampudia) hasta la glorieta de Guzmán el Bueno, lleva en alerta un tiempo por la mafia organizada que controla a cada uno de los vehículos que aparcan en las inmediaciones.
La plataforma vecinal de la zona ha intentado llamar la atención del Gobierno municipal de Manuela Carmena —sin demasiado éxito— y está en contacto tanto con policía local como nacional. Sobre todo en las últimas semanas, cuando la situación se empezó a hacer insostenible. Los vecinos cuantifican la mafia de gorrillas en 10 personas que llegan cada mañana antes de que el reloj marque las nueve y se marchan pasadas las ocho de la tarde, cuando queda poco tiempo para que los parquímetros dejen de funcionar. Aunque en agosto la situación ha mejorado levemente, ya que por las tardes no es necesario pagar por aparcar, reconocen que está siendo un verano difícil para el vecindario.
“Lo controlan todo. Te bajas del coche y te piden a ti el dinero. Un euro, dos. Lo que sea. El acuerdo queda de la siguiente manera: si vienen los empleados del SER que controlan los tiques de cada vehículo, ellos mismos se acercan a los parquímetros y sacan el papelito para evitar la multa. El dinero restante se lo quedan”, relatan los vecinos. Afirman también que casi la totalidad del vecindario se ha dejado coaccionar y participa del sistema. El problema lo tienen los residentes, que pagan una cuota fija al ayuntamiento para poder estacionar en la parte verde de la calle… y si no contribuyen a la causa de los gorrillas, nadie les asegura que al día siguiente no haya sorpresa desagradable en su coche.
Lo muestran las imágenes publicadas por este diario, sacadas hace apenas unos días y que enseñan las ‘represalias’ tomadas. La plataforma de vecinos lo ha denunciado en la comisaría y la policía asegura que está investigando la situación. El próximo objetivo es conseguir la atención de los grupos municipales para que el ayuntamiento tome medidas al respecto. “Así no podemos estar. Esto es una locura”, afirman. El primero será el partido que lidera Begoña Villacís en el consistorio. La próxima semana, Ciudadanos mantendrá un encuentro con la plataforma para conocer la problemática del barrio directamente.
Pero la situación va más allá de los propios conductores. Algunos empleados del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), que evitan dar su nombre para no ser reconocidos, han tenido también encontronazos con los gorrillas, e incluso alguno reconoce haberse sentido presionado si procedía a multar a alguno de los coches que no tenían el tique en vigor. “Son ellos los que controlan los parquímetros, los coches y absolutamente todo”, explican a este diario. Una de las zonas más críticas es la de los alrededores del Hospital de la Luz, que, como todos los complejos hospitalarios de la ciudad, aglutina gran cantidad de coches y es carne de cañón para los grupos organizados de gorrillas.
En cuanto a la legislación, la cuestión es compleja. Como ya publicó este diario, las autoridades se lavan las manos. La Policía Nacional no tiene, ‘a priori’, competencias en este asunto porque no está considerada como actividad de criminalidad organizada. Por tanto, en las ciudades, quedaría en manos de la Policía Municipal, precisamente al entender que sí hay indicios de criminalidad. El problema es que no existe una regulación específica, como tampoco para otros fenómenos urbanitas surgidos de la venta ambulante, por ejemplo. En el caso del aparcamiento, el consistorio consideró con la nueva ordenanza aprobada en 2014 que, al limitar el tiempo de estacionamiento de vehículos a dos horas en el caso de zonas verdes y siendo no residentes, y a cuatro en las azules, el problema de los gorrillas desaparecería. Pero nada más lejos de la realidad. El problema sigue y va en aumento.
Fuente: El Confidencial
Dos cositas:
Primero la culpa de esto la tiene, si no recuerdo mal el Sr Gallardón que fue el que puso los parquímetros, con una pequeña resistencia al principio, pero que al final como siempre la gente traga. Hace años alguien me dice que tengo que pagar por estacionar el coche en la calle y pienso que está loco.
Segundo no sé de qué se extrañan los vecinos, esto es el solo el principio, eso mismo se propagará por todo Madrid y no solo va a ser eso vendrán cosas mucho peores, solo hay que esperar
Pues con tecnología se resolvía la situación. Que el que saque el tique, tenga que ser forzosamente el conductor del vehículo y se controle desde el momento en que entra en la zona de párquing controlado y desde el momento en que se sale. Con un sistema de cámaras inteligentes con reconocimiento facial. Algo así ingenioso. De manera se evitaría la picaresca
Cuando aparezca un gorrión reventado por ser un jetas, el gobierno los pone a sueldo.
Si un gorrilla me parte un retrovisor, yo le partiría la cara, eso sí, tomando las medidas correspondientes ante una ley injusta que protege al delincuente(basicamente pasamontañas y ropa que no sea identificable)
La gente está amariconada y acobardada, y el lumpen de baja estofa y la castuza burguesa podrida no hacen más que explotarle y maltratarle.
Carmena está puesta por el PSOE, no lo olvidemos. Pero, en el fondo, casi da igual, esta porquería de gobernantes sólo se preocupan de sus chanchullos y de cobrar…
Este problema, tiene fácil solución.
El caso, es que los políticos en vez de solucionar los problemas del ciudadano que es su obligación.
Hacen todo lo contrario. Ellos mismos, crean los problemas.
Si las fuerzas del orden, les diesen una buena tundra de palos a todos esos mangantes.
Otro gallo nos cantaría.
Pero ya se sabe que hace mucho tiempo, impera el buenismo.
Hitler decía que a este tipo de pequeños delincuentes era mejor aplicarles el jarabe de palo que meterles en la cárcel porque allí no aprendían nada bueno y sin embargo como dice el refrán: el miedo al amo guarda la viña.
seguid votando a la momia de la carmena, asi os ira
Con Botella y Gallardón, lo mismo pasaría.
Los hay-untamientos no hacen nada contra esta gentuza, sean del PP o de Podemos porque basicamnte son todos progres .