Miguel Ángel Blanco.

Por José L. Román.- Pedís a la izquierda y extrema izquierda que honren la figura de Miguel Ángel Blanco en el aniversario de su asesinato, cuando fuisteis vosotros los que soltasteis a sus verdugos. Es como si buscaseis redimir vuestra pena por el delito cometido, tras ciscaros en la sangre de uno de vuestros más valientes militantes.

Ellos podrán ser despreciables, pero son coherentes con sus actos; siempre se han mostrado ambiguos con los terroristas y los separatistas catalanes. Los que engañáis a vuestros militantes y votantes sois vosotros, que hoy decís una cosa y mañana la contraria. Pedís el voto católico y después desfiláis con los sodomitas. Habláis de vuestra inflexibilidad con los terroristas y con los separatistas, mientras continuáis con la “hoja de ruta de Zapatero” dejando en libertad a decenas de asesinos, o languidecéis frente a los que quieren romper España sosteniéndolos económicamente.

Una vez más quedáis con las vergüenzas al aire. Os importan una higa las víctimas del terrorismo aunque la imagen que intentáis dar sea de estupor cuando la izquierda y la extrema izquierda se muestran ambiguos con los asesinos etarras. Decidme, ¿que diferencia hay entre no honrar a Miguel Blanco como hace Podemos, y deshonrar a Ortega Lara como hicisteis vosotros los del Partido Popular, dejando libre a Bolinaga?

Podéis contar los chismes que queráis y las milongas que os dejen, pero la realidad es que con vuestro comportamiento habéis pisoteado sin vergüenza, no solo la sangre derramada por cientos de servidores públicos, sino la sangre vertida por vuestros propios militantes.

Hace tiempo que quedó al descubierto la podredumbre, lo miserable, lo siniestro y la complicidad de vuestro partido “escupiendo” ante la tumba de Gregorio Ordoñez, de ahí la salida de María San Gil y otros muchos, pero eso sí, siempre de la mano del partido socialista obrero español para salvar un sistema que rezuma mierda por todas partes, con el fin de mantener diecisiete autonomías políticas como oficinas de colocación de palmeros y paniaguados.

Sois todos unos miserables, unos hipócritas y unos cínicos. Controláis los medios informativos y una Justicia rigurosa con el débil, pero laxa con los que se ciscan en el cadáver de doña Carmen Tagle, fiscal vilmente asesinada por los que abandonan felizmente la cárcel sin cumplir sus condenas. Aquella valiente funcionaria con su ejemplar comportamiento frente a los asesinos, pone hoy en evidencia el proceder de todos ustedes con los verdugos de inocentes ciudadanos acribillados por ser españoles.

¡Váyanse todos! ¿Para qué los queremos, para que nos metan en la cárcel por no cumplir con el ministro Montoro, mientras los criminales gozan de total impunidad? ¡Váyanse a la puta calle! Busquen cobijo en la empresa privada a la que hayan amamantado. Que los fiche quien digiera deslealtades, cobardías y traiciones. Hagan público su comportamiento siniestro y miserable, y regístrense en el imperio del crimen organizado. Ese posiblemente sea su sitio y su espació, pero nunca la gran patria española donde sólo caben ciudadanos solidarios y trabajadores, seres humanos con principios y dispuestos a terminar de una vez por todas, con esta deriva que nos conduce al desastre.