El Movistar Inter logró su décimo título de Copa en una final muy tensa y en la que hubo que llegar a los 18 penaltis para decidir el ganador. El canterano Elías falló el noveno lanzamiento de ElPozo y Pola marcó el decisivo después de que todos los lanzadores anteriores acertasen.

El partido volvió a tener la tensión propia de una final, a la que se añaden las cuentas pendientes entre ambos equipos. Demasiada temperatura que estuvo a punto de volver a tirar por la borda todo lo bueno que tiene el espectáculo del fútbol sala. El punto culminante llegó en el ecuador de la segunda mitad, cuando un enganchón entre Rafael y Miguelín debió acabar con el balear expulsado por una agresión. Fueron minutos de excesiva tensión que afortunadamente no fue a más.

El partido volvió a los cauces deportivos, a lo que debe ser una final. La carga de faltas la acusó el equipo murciano, que tardó seis segundos entre su quinta y su sexta falta -inexistente-, lo que permitió a Ricardinho reestablecer el empate. Quedaban menos de siete minutos, que se convirtieron en 13 por la prórroga, que pudo evitar Álex con un lanzamiento desde el borde del área que despejó Jesús Herrero.

En el tiempo extra, la responsabilidad y el respeto pudo a ambos equipos. Cualquier error podría ser un gol en contra y cualquier falta podría ser doble penalti. ElPozo cometió una, a 47 segundos del final, pero Ricardinho lo mandó fuera.

Antes de desatarse las hostilidades en la segunda mitad, el partido había estado marcado por la igualdad y ambos equipos tuvieron sus opciones. ElPozo llevó el peso del partido en el primer acto, pero el Movistar Inter tuvo más pegada. Daniel adelantó a los suyos en el 16′, Álex respondió 52 segundos después y Rafael hizo el 1-2 a 1’07 del descanso tras un saque rápido de córner de Ricardinho, que en el arranque de la segunda mitad restableció las tablas.