S. Sostres.- Sin duda la primera gran noticia de 2017 será que esta pichurria levantada de Obama deje de ser presidente. El líder que de un modo más vulgar y populista ha puesto en peligro al mundo libre, el enemigo de Israel, el relativista, el sectario, el que nunca supo perder y ha tratado siempre de ridiculizar, insultar y criminalizar a sus adversarios hasta convertirlos en sus enemigos, finalmente dejará de hacernos daño. Será la primera gran noticia del año que viene: este gran indigente político, intelectual y moral dejará de ser el presidente de los Estados Unidos -y por lo tanto nuestro presidente- y de poner en riesgo el valor supremo de nuestra libertad.

En su despedirse atroz, Obama ha despreciado al pueblo judío abandonándolo a la suerte de esa jauría de dictadores y terroristas que es la ONU, y que constituye la más palmaria demostración de los peligros del buenismo.

Obama ha sido el color de su piel. Ese pobrísimo argumento, tan pobre como su inteligencia. Esa burla de los más elementales valores americanos, el siniestro lugar común de la socialdemocracia, un pobre hombre intentando dar lecciones a un país cuya grandeza nunca supo comprender.

Obama, con la arrogancia que suelen tener los de la cuota -cuota negra, en su caso- quiso salvar a un país que no necesita ser salvado, sino simplemente liderado en su esfuerzo por ser próspero y libre. El presidente Trump, que es un empresario, que es fruto del sueño americano, que comprende la grandeza de su país porque él mismo la ha experimentado, y que ha estado perfecto en la expresión de su solidaridad con Israel; el presidente Trump, dispuesto a aplastar al lobby feminista y al ecologista, que son los dos tumores cerebrales más malignos de nuestra era, ha demostrado entender mucho más lo que es América desde que fue elegido en noviembre que Obama en 8 años.

Se va el frivolón de las posturitas haciendo el mayor ridículo que jamás ha hecho un presidente americano. En general, el resentimiento y el odio demostrados hacia Trump, han resultado ser una deprimente parodia de Maruja Torres. Culpar de todo Putin ha sido vergonzoso, y la prensa ha sido patética comprando la comedia de los ciberataques rusos sin exigirle a Obama ninguna prueba: el papel de la prensa con Obama ha sido del mismo nivel mental que el del presidente. En Europa, el ridículo habitual. En América, estupores como el causado por el Washington Post, que aunque fue siempre una porquería, nunca creímos que llegara al extremo de inmundicia de defender a Daesh.

Que Obama deje de ser presidente es tan buena noticia como que lo empiece a ser Donald Trump, a los que los engreídos europeos ven como a un hortera, desde su derrota política, espiritual y subvencionada; cuando es u un hombre libre que se ha ganado con audacia y esfuerzo lo que tiene, y exactamente así, y exactamente por ello, volverá a poner a los Estados Unidos ante su mejor espejo. God bless America.