El obispo madrileño Javier Echevarría, prelado del Opus Dei desde su elección en 1994, falleció este lunes en el policlínico Campus Bio-Médico de Roma a causa de una insuficiencia respiratoria y otros problemas de salud que habían obligado a hospitalizarle el pasado 5 de diciembre. Aunque a los 84 años cualquier problema médico puede complicarse, su respuesta a los antibióticos parecía satisfactoria hasta que una complicación provocó el fallecimiento. Echevarría era el último de los grandes colaboradores del fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), con quien había trabajado como como secretario y después como secretario general del Opus Dei durante más de veinte años.

El fallecimiento de monseñor Javier Echevarría tuvo lugar a las 21.20 del lunes, fiesta de nuestra Señora de Guadalupe, después de recibir los últimos sacramentos de manos de su vicario auxiliar, el sacerdote Fernando Ocáriz, quien asume el gobierno de la prelatura del Opus Dei hasta la elección de un sucesor. Una de las primeras tareas de monseñor Fernando Ocáriz después de las exequias será convocar en el plazo de un mes un congreso electivo que deberá tener lugar en el plazo de tres meses, es decir, antes del 12 de marzo. El nombramiento del nuevo prelado requiere la confirmación del Papa.

A sus 84 años, Javier Echevarría sufría problemas de columna y acusaba el peso de la edad, pero aun así mantenía el buen humor y continuaba viajando a diversos países europeos para visitar a miembros de la prelatura e impulsar el desarrollo de las actividades.

La decisión de nombrar en 2014 vicario auxiliar de la prelatura al sacerdote español Fernando Ocáriz y vicario general o «número tres» al sacerdote argentino Mariano Fazio, le había descargado del trabajo de gobierno diario, permitiéndole llevar un ritmo más sereno y concentrarse en las actividades específicamente episcopales como la formación y ordenación de nuevos sacerdotes, así como las visitas a personas enfermas, que era una de sus pasiones.

El Opus Dei está formado por más de 90.000 fieles laicos de prácticamente todas las nacionalidades, en ligera mayoría mujeres, y desarrolla actividades educativas y sociales en unos setenta países. Su misión es difundir la espiritualidad de la santificación en el propio trabajo -o en la búsqueda de un empleo, cuando falta- y el espíritu de servicio en la vida corriente, familiar y profesional. Una minoría de sus fieles, aproximadamente 2.000, son sacerdotes que se dedican sobre todo a las actividades del Opus Dei pero también a tareas diocesanas específicas encomendadas por los obispos locales.

Como buen madrileño, el obispo Javier Echevarría conservaba muchos rasgos de humor castizo. Había sido elegido prelado del Opus Dei en 1994 tras el fallecimiento del beato Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría. Desde que asumió el gobierno de la prelatura había compaginado su responsabilidad mundial en el Opus Dei, con servicios específicos al Papa como la participación en Sínodos de Obispos y otras actividades.

Era doctor en derecho Canónico por la Universidad Pontificia Santo Tomas de Aquino y doctor en Derecho Civil, aunque nunca ejerció la profesión. Además de cartas pastorales y cartas mensuales, Javier Echevarría escribió largos relatos de la vida de san Josemaría de cuya última parte había sido testigo diario. También escribió libros de espiritualidad como «Itinerarios de vida cristiana» (2001) o «Getsemaní: en oración con Jesucristo» (2005).

El vicario auxiliar y actual responsable de la prelatura, Fernando Ocáriz, nació en París en 1944 y estudió Física en la Universidad de Barcelona. Es doctor en Teología y asesor de la congregación para la Doctrina de la Fe. El vicario general, Mariano Fazio, nació en Buenos Aires en 1960, es licenciado en Historia, Doctor en Filosofía, antiguo rector de la Universidad Pontifica de la Santa Cruz y autor de una veintena de libros de pensamiento.