“La alcaldesa de Hospitalet me trata peor a mi que Franco a los curas rojos, porque no les daba tanta caña como estoy recibiendo yo”. Así lo manifiesta a Intereconomía Custodio Ballester, párroco de la Iglesia de la Immaculada Concepción de Llobregat, municipio barcelonés en el que recientemente han agredido al líder de C’s al grito de “te voy a matar, fascista; fuera de Cataluña”.

Se pronuncia así después de que el Ayuntamiento, en manos de la socialista Núria Marín i Martínez (segunda del PSC tras Miquel Iceta), celebrara el pasado 21 de noviembre un pleno en el que se aprobó una moción acusándole de “fascista” y “totalitario”. Fue presentada por el grupo socialista. En esta ciudad, la segunda con más habitantes de Cataluña, el PSC tiene 11 concejales; Ciudadanos, cuatro; el PP e ICV-EUiA-Pirates tres cada uno; ERC dos ; otro CiU y otro la CUP. Todos votaron a favor, salvo el PP, que se abstuvo.

“Hicieron un pleno para pedir que el obispo de Barcelona, Juan José Omella, me cortara la cabeza. Ya han hecho tres pidiéndolo y llevan dos años enviando cartas al arzobispado”, relata el padre Custodio, que advierte de que “quieren hacer de Hospitalet una Corea del Norte”. En otra sesión plenaria se aprobó otra moción de Iniciativa per Catalunya en la que se le acusaba de generar “crispación”.

Además, en el pueblo se han realizado pintadas contra el párroco acusándolo de “nazi” y “fascista”. “Las tapo y ya está”, señala el padre, que cree que las ha hecho el mismo sujeto, porque le reconoce la letra.

Esta historia se remonta a hace un par de años, a cuenta de la presencia de miembros de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios en la procesión del Cristo de la Buena Muerte.
Ballester cuenta que en aquel entonces ya enviaron desde el Consistorio una carta al obispo, que este año se repitió la procesión y que la alcaldesa quiso evitarla poniéndose otra vez en contacto con el arzobispado.

Los Antiguos Legionarios cantaron en el interior del templo una saeta al Cristo y entonaron ya en la calle el ‘Novio de la Muerte’, la marcha que a menudo se confunde con el himno de la Legión.

Ahora en el Ayuntamiento cargan contra él por haber hecho el pasado 5 de noviembre una misa por los Caídos de la División Azul en un acto organizado por la Hermandad de Combatientes de la División Azul de Barcelona.

El párroco está indignado por la “cara tan dura” que, a su juicio, tienen estos políticos, que se “meten en camisas de once varas y se atreven a decirle al obispo lo que debe hacer con el cura”. “Que lo saque porque hace cosas que no nos gustan a nosotros en su casa”, exclama perflejo sobre la exigencia al obispo. “Tienen mil funcionarios en el Ayuntamiento que les hacen el trabajo y ellos se dedican a hablar mal”, lamenta.

Según cuenta, desde la CUP dicen que no pedían su destitución, sino que no pudiera ser párroco en ningún pueblo de Cataluña. “Los del PP se abstuvieron con la boca pequeña porque decían que aunque estaban de acuerdo en el fondo, era un ataque demasiado personal y que cada uno en su casa podía hacer lo que le daba la gana si no era ilegal, pero bueno, con la boca bastante pequeñita”, expresa.

Por su parte, destaca que si se va “será cuando al obispo le dé la gana y no cuando ellos quieran”, pero que “no deja de ser desagradable oír a estos tíos en un pleno del Ayuntamiento meterse en unas actividades de una Iglesia”. “¿Quiénes son ellos? No tienen ninguna autoridad para decirle al obispo nada”, expresa indignado, y recalca que “no tienen nada que hacer”. Y es que Custodio Ballester piensa que esta campaña del Ayuntamiento en su contra “acabará en el ridiculo más absoluto”. No cree que “el señor obispo ceda a los chantajes”.

Custodio Ballester considera que “esto es una especie de chantaje psicológico: que el obispo tiene que demostrar que ama a Cataluña, el sistema, fusilándome a mi”.

Dice que otros vecinos lo ven “una maniobra de alquien para llevar al ridículo y al desgaste al PSOE con cosas de estas”, ya que el de Hospitalet es “el único Ayuntamiento fuerte que les queda en Cataluña”, aunque él se inclina más porque se trata de “un pequeño chantaje al obispo para que demuestre que verdaderamente está integrado en Cataluña, reprimiendo a los que ellos consideran díscolos”.

El padre también se ha pronunciado sobre el desahucio al Ejército del Salón de la Infancia de Barcelona, que tendrá lugar del próximo 27 de diciembre al 4 de enero.

Por primera vez desde el año 2002 no podrá estar presente. Tampoco contará con la presencia de la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos de Esquadra y la Guardia Urbana.
“Son especialistas en la ingeniería social. Creo que en eso de transformar la sociedad Franco no tuvo tanto descaro como esta gente. Franco no iba pidiendo a los obispos que destituyeran curas y dejaba respirar”, sentencia.

Cree que si no dejan ir al Ejército al Salón de la Infancia es “porque tiene éxito”. “A los niños les gusta, se suben a los jeeps, a los tanques y cuando llegan ellos no les hacen caso. Es más bien una envidia que les reconcome porque la gente sigue apreciando la función del Ejército”, manifiesta.